¿Defender la ley significa manipular la realidad? La gran mentira del ‘detector de mentiras’

Decir que esto no es censura es confundir opinión con información. El control sobre los medios de transmisión es, por definición, un mecanismo de censura.

Por: Felipe Vera

Con información de: Daniel Sangeado

Durante los últimos años, el gobierno federal promovió un instrumento denominado “detector de mentiras”, que supuestamente busca desmentir noticias falsas relacionadas con la polémica Ley de Telecomunicaciones.

Sin embargo, este mecanismo ha resultado ser, irónicamente, un completo mentiroso que no se sustenta en argumentos sólidos y que manipula la realidad a su conveniencia.

El propio detector se ha encargado de identificar como “falsos” algunos temas que, en realidad, están claramente estipulados en la legislación vigente.

Por ejemplo, señala como “presuntos” intentos de censura lo que en realidad está claramente regulado en la ley, sin ambigüedades, y que ponen en manos de la Agencia de Transformación Digital un control absoluto sobre las frecuencias y recursos satelitales, bajo criterios vagos como “interés público” o “seguridad nacional”, definidos unilateralmente por esta poderosa agencia y su presidenta en turno.

Censura en la ley: ejemplos claros

Según el artículo 65, dicha agencia puede cambiar o rescatar bandas de frecuencia si lo considera necesario para el interés público o la seguridad nacional, sin que exista un contrapeso externo. El artículo 136 va más allá y exige autorización expresa para explotar derechos de emisión y recepción de señales satelitales extranjeras que operen en territorio mexicano.

En términos prácticos, si el gobierno no lo autoriza, hoy no podríamos ver eventos como los funerales del Papa Francisco a través de satélites internacionales.

Decir que esto no es censura es confundir opinión con información. El control sobre los medios de transmisión es, por definición, un mecanismo de censura.

La narrativa oficial vs. la realidad

Entre el 24 y 29 de abril, diversos periódicos nacionales publicaron decenas de columnas exponiendo tres grandes líneas de preocupación: que la ley atenta contra la libertad de expresión y genera censura; que permite eliminar o bajar cuentas en redes sociales; y que conducirá a un régimen autoritario.

Frente a esto, el llamado “detector de mentiras” insiste en minimizar los riesgos y pone como portavoz a la presidenta Claudia Sheinbaum para que se enfoque la discusión únicamente en un artículo, desviando la atención de los aspectos más peligrosos del proyecto.

La presidenta afirmó en la llamada “mañanera del pueblo” que la ley no tiene intención de censurar y mostró disposición a eliminar el artículo polémico, pero la realidad es que toda la ley concede facultades amplias para controlar los medios de comunicación y la información que llega a los ciudadanos.

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