Las calles de la Ciudad de México a menudo tienen “dueños” no oficiales: los franeleros o “viene-viene”. Hombres y mujeres que, con una franela en mano, se apropian del espacio público, gestionando o imponiendo lugares de estacionamiento. Lo que en un inicio pudo parecer una ayuda informal, se ha transformado en un problema de orden público y, en muchos casos, en una red de extorsión callejera que opera a plena luz del día. Ante este panorama, el Congreso de la Ciudad de México (CDMX) ha puesto sobre la mesa una iniciativa crucial para poner fin a estas prácticas.
Se creen los dueños de la calle
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) July 11, 2025
Los #franeleros o "viene-viene" se apropian de los espacios públicos, exigiendo cuotas fijas o "lo que nazca del corazón".Pero la situación escala: vecinos denuncian su agresividad, la generación de basura y orines, y cómo actúan como "halcones"… pic.twitter.com/tIQYgDCbM7
Los franeleros en la CDMX son figuras omnipresentes en zonas de alta afluencia, cercanas a hospitales, centros comerciales, oficinas o áreas de eventos. Su modus operandi varía: algunos solicitan una “cuota fija” por el estacionamiento, otros apelan a la “voluntad” del conductor, pero la línea entre la voluntariedad y la imposición es a menudo difusa.
Testimonios de vecinos y usuarios revelan una realidad más cruda. Conductores y residentes denuncian comportamientos agresivos por parte de algunos franeleros, incluyendo amenazas verbales e incluso físicas si no se accede a sus demandas o si se intenta estacionar sin su “permiso”.
Utilizan cubetas, piedras o cualquier objeto para “apartar” lugares en la vía pública, impidiendo el libre tránsito y uso del espacio. Se les asocia con la generación de basura, orines en la vía pública y, en casos más graves, se les señala como “halcones” que informan sobre los movimientos de vecinos y visitantes, sugiriendo una posible colusión con actividades ilícitas.
Un punto de preocupación recurrente es la presunta colusión entre franeleros y la Policía Capitalina. Ciudadanos han reportado ver a patrullas deteniéndose, interactuando con los franeleros de manera informal y, en algunos casos, observando “intercambios” que sugieren un cobro de “renta” o protección por parte de las autoridades. Esta complicidad es, para muchos, el verdadero “cáncer” del problema, ya que sin la anuencia o pasividad de la autoridad, la operación de estas redes sería insostenible.
Más allá de la cárcel: La iniciativa que busca terminar con los franeleros en CDMX y la corrupción
Incluso se ha advertido sobre franeleros que se “disfrazan” de valet parking informal, aprovechando la necesidad de los conductores para operar con una apariencia de legitimidad.
La iniciativa de Ley: ¿El fin de la extorsión callejera?
Frente a esta problemática, el Congreso de la Ciudad de México está analizando una reforma a la Ley de Cultura Cívica que busca sancionar severamente estas conductas. La propuesta central es establecer:
- Horas de Arresto: De 24 a 36 horas de arresto para las personas sorprendidas realizando la actividad de franelero o viene-viene, con la duración del arresto, dependiendo de la gravedad e intensidad de la infracción.
- Penalización a Funcionarios Corruptos: La iniciativa también reconoce que la solución debe ir más allá de los franeleros. Se plantea la necesidad de sancionar a los servidores públicos, ya sean de alcaldías o de la policía, que sean sorprendidos cobrando “renta” o coludidos con estas actividades. Para ellos, las sanciones serían bajo el código penal, enfrentando penas mucho más severas.
La oposición en el Congreso capitalino, aunque reconoce la gravedad de la situación, insiste en que la regulación debe ser integral y atacar las raíces de la corrupción que permiten la existencia de estas “mafias de la calle”.
Actualmente, la iniciativa de los franeleros se encuentra en discusión en comisiones dentro del Congreso de la CDMX. Se espera que sea durante el próximo periodo extraordinario de sesiones cuando se defina su aprobación o modificación, marcando un hito en la lucha por recuperar el espacio público para todos los ciudadanos.