El liderazgo de Adán Augusto López Hernández, actual coordinador de Morena en el Senado, continúa bajo la sombra de los señalamientos relacionados con su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena.

Nombrado en diciembre de 2019, Bermúdez asumió el cargo en medio de un escenario de creciente violencia en la entidad. Sin embargo, más allá de las críticas, permaneció al frente de la corporación hasta su renuncia en 2022, la cual se presentó como “voluntaria” y sin sanción alguna.

Lejos de enfrentar un proceso de responsabilidad administrativa o penal, Bermúdez fue despedido con agradecimientos oficiales. “Agradecemos en nombre del gobierno de Tabasco al Lic. Hernán Bermúdez Requena su gestión al frente de la secretaría en estos años y le deseamos el mejor de los éxitos”, se difundió en aquel momento.

El día que AMLO defendió al exgobernador y acusó campaña mediatica

Aunque en Tabasco ya circulaban versiones sobre posibles nexos del funcionario con grupos criminales, fue hasta la filtración de documentos de inteligencia militar en 2022 cuando su nombre apareció junto al de “La Barredora” y el propio Adán Augusto López. Dichos reportes llamaron la atención en la agenda nacional, aunque no tuvieron el mismo impacto en Palacio Nacional.

El entonces presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó las revelaciones y defendió públicamente a su exgobernador paisano. Desde la conferencia mañanera negó los señalamientos y acusó a la prensa de emprender una campaña de desprestigio.

Adán Augusto y su exsecretario de Seguridad: un pasado incómodo que la 4T prefiere ocultar

Silencio y defensa desde Palacio Nacional en señalamientos contra Adán Augusto

Durante ese episodio, López Obrador insistió en la honestidad de Adán Augusto y minimizó las filtraciones. Incluso, cuando una reportera le recordó que las acusaciones provenían de informes de la Secretaría de la Defensa Nacional y no de artículos periodísticos, el presidente prefirió evadir el tema. “Y vámonos a desayunar”, respondió, marcando un cierre abrupto a la discusión.

Hasta hoy, el caso de Hernán Bermúdez Requena refleja la falta de consecuencias legales o políticas. Pese a las evidencias, su salida fue tratada como un relevo administrativo ordinario. Para críticos de la llamada 4T, este episodio exhibe el blindaje político en torno a figuras cercanas al grupo gobernante y cuestiona el verdadero compromiso con el combate a la corrupción y al crimen organizado.