El contrabando de combustible a México vía marítima es hoy una operación compleja y transnacional que involucra un gran sistema de corrupción en diferentes niveles.
No se trata solo de barcos con petróleo, sino de toda una cadena de complicidad que incluye autoridades, empresas exportadoras e importadoras, transportistas e incluso gasolineros.
Entre octubre de 2024 y marzo de 2025, se registraron al menos 14 buques con diésel que hicieron pasar como aceite, un modus operandi que se repite en cada caso.
Millones de litros de diésel asegurados en Tamaulipas; el inicio de toda una red de corrupción
El caso más reciente y documentado ocurrió en marzo pasado en Tamaulipas, donde fueron asegurados 10 millones de litros de diésel, sin imaginar que detrás habría toda una gran red de corrupción.
El 19 de marzo, el buque Challenge Procyon, procedente de Beaumont, Texas, atracó en Tampico con 14 tripulantes que declararon transportar diésel ultra bajo en azufre para la empresa fantasma Azteca Cone.
Sin embargo, las investigaciones revelaron que los marinos y personal de aduanas estaban coludidos y recibieron hasta 1.7 millones de pesos por cada buque para permitir el arribo del diésel a nombre de la importadora Intanza, sin permisos de la Secretaría de Energía.
A pesar de que las pruebas de laboratorio mostraron que el contenido era aceite, el cargamento se descargó de manera irregular. Para mover los 10 millones de litros se necesitaron 296 pipas, transportadas por empresas como Mefra Fletes, AMOL, Roca y Grupo de Transporte Base, actualmente bajo investigación.
La ruta que sigue el tráfico de combustible en México
El diésel asegurado fue trasladado a un patio en Altamira de Mefra Fletes, desde donde debía distribuirse, pero un operativo logró asegurarlo el 31 de marzo.
Los cargamentos de los otros 13 buques continuaron su flujo hacia diversas empresas que operan de forma fiscal irregular, pues compran más combustible del que reportan y ofrecen precios más bajos para competir en el mercado ilegal.
Estas empresas transportadoras e importadoras presuntamente mantienen nexos con el crimen organizado, en este caso con el Cártel Jalisco Nueva Generación, que financia estas operaciones y amplía sus ganancias con el comercio ilegal de combustible.
Gasolineras: Parte de la cadena del contrabando
Dentro de esta gran investigación, se presume que también hay gasolineras involucradas, y de esta manera poder rastrear el destino final del combustible ilegal.
El tráfico ilegal de este material no solo representa pérdidas millonarias para México, sino que evidencia toda una red de corrupción, que involucra a altos mandos que se supone velan por los intereses del pueblo.