La elección judicial extraordinaria de 2025 marcó el inicio de la “restauración de un régimen autocrático en México” y representa un “retroceso histórico” para la democracia del país. Esta es la contundente conclusión del Observatorio Electoral Judicial (OEJ), plasmada en su Informe Final del Proceso Electoral Extraordinario 2025, un documento de 67 páginas que ya genera debate y preocupación en la esfera pública y política.

La Elección Judicial: ¿Reforma o purga?

Según el OEJ, los comicios judiciales no buscaron una genuina mejora de la justicia, sino que fueron un “eslabón clave de una mal llamada reforma judicial que no buscaba mejorar la justicia, sino purgar, capturar y debilitar a los poderes judiciales del país”. El informe señala que el objetivo principal de Morena era claro: “eliminar contrapesos, concentrar el poder y dejar como herencia un régimen más autoritario”.

El Observatorio Electoral Judicial va más allá en sus severas críticas, calificando esta elección como la “primera elección, en los últimos 25 años, que no puede calificarse como democrática”. Esta afirmación resuena con la preocupación de diversos analistas sobre el rumbo de las instituciones democráticas en México.

Arturo Espinoza, director del Laboratorio Electoral, fue categórico al expresar su preocupación por la falta de un entorno democrático genuino en estos comicios. “En las elecciones necesitan haber democracia”, afirmó Espinoza, estableciendo comparaciones que encienden las alarmas: “no va a gustar el comparativo, pero en Venezuela también hay casillas y también hay resultados y en Nicaragua también hay casillas y también hay resultados... Eso no quiere decir que las elecciones son democráticas”. Esta declaración subraya que la mera existencia de urnas y conteo de votos no garantiza la legitimidad democrática de un proceso.

El informe del OEJ no solo criticó el fondo de la reforma, sino que también cuestionó el actuar de la autoridad electoral durante el proceso. Arturo Espinoza detalló que se presentaron denuncias sobre irregularidades, como la “operación acordeón”, pero estas fueron desestimadas por la autoridad. “Se denunció la operación acordeón y se dijo que no se presentaron pruebas suficientes, que no había elementos indiciarios, todo eso se hizo y el Tribunal a todo le ha dado la vuelta”, explicó Espinoza, insinuando una falta de respuesta adecuada ante las irregularidades señaladas.