La capital de Alaska, Juneau, se encuentra en estado de máxima alerta por una inundación de origen glaciar que ha llevado al río Mendenhall a niveles récord por tercer agosto consecutivo.

Las autoridades pidieron a los residentes de las zonas de riesgo a evacuar ante una situación calificada como “potencialmente mortal”, un fenómeno que se ha convertido en una peligrosa y destructiva cita anual atribuida directamente a los efectos del cambio climático.

Una avalancha que rompe récords

El evento se desencadenó el 12 de agosto, cuando Suicide Basin, un lago lateral formado por el deshielo del glaciar Mendenhall, rompió el dique de hielo que lo contenía, liberando una masiva ola de agua. Para la mañana de este miércoles 13 de agosto, el río Mendenhall ya había superado su récord histórico de 4.88 metros, establecido en 2024, y se proyecta que alcance un pico de aproximadamente 5 metros.

La fuerza del torrente arrastra árboles y grandes escombros, lo que llevó al meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, Andrew Park, a emitir una advertencia: “Esta es una situación muy peligrosa, si entra en el río, no va a salir”.

La ciudad de Juneau, donde residen unos mil habitantes y negocios en la zona de riesgo, emitió un llamado urgente a la evacuación, aunque sin carácter obligatorio. El gobernador de Alaska, Mike Dunleavy, declaró un estado de desastre preventivo para agilizar la respuesta de emergencia.

Una amenaza anual

Para los habitantes de Juneau, esta inundación se trata de una nueva y alarmante normalidad. Si bien los desbordes de Suicide Basin se registran desde 2011, su magnitud ha crecido exponencialmente en los últimos años. El evento de agosto de 2024 fue calificado por las autoridades como “sin precedentes”, afectando a más de 100 viviendas y estableciendo el récord que ahora ha sido pulverizado.

El hecho de que cada año la inundación supere a la anterior ilustra una tendencia de escalada peligrosa. Este patrón no es una coincidencia, sino una consecuencia directa del calentamiento acelerado de la región.

La causa de fondo de esta crisis recurrente es el cambio climático. Alaska y el resto del Ártico se están calentando al doble de la velocidad que el promedio del planeta. Este aumento de temperatura provoca el retroceso y adelgazamiento del glaciar Mendenhall, haciendo que el dique de hielo que contiene a Suicide Basin sea cada vez más inestable.

Lo que antes era un evento natural raro se ha convertido en una amenaza crónica. Estudios recientes advierten que este fenómeno, conocido como desborde de lago glaciar, pone en riesgo a entre 10 y 15 millones de personas en todo el mundo.