En la política mexicana los discursos suelen pintarse de promesas, compromisos y frases que buscan inspirar confianza. Sin embargo, muchas de esas palabras terminan chocando contra la realidad, dejando al descubierto contradicciones, omisiones y, en algunos casos, francas mentiras. Hoy revisaremos el concepto de “Quién es quién en las mentiras”, pero no desde el enfoque oficial, sino con un repaso de aquellas declaraciones que contrastan con los hechos y no palabras.
AMLO y la militarización: del “regreso a los cuarteles” a más poder en las calles
Andrés Manuel López Obrador aseguró en campaña que el Ejército regresaría a los cuarteles y que la inseguridad se atendería con justicia social, no con militares en las calles. Sin embargo, la realidad es otra: las Fuerzas Armadas no solo permanecen en labores de seguridad pública, sino que hoy tienen más funciones civiles que nunca, desde construcción de obras hasta control de aduanas y aeropuertos.
La contradicción entre su discurso y los hechos se ha convertido en uno de los ejemplos más claros de promesas incumplidas.
Fernández Noroña: del discurso austero a la mansión millonaria
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, declaró públicamente que no tenía dinero ni para comprarse una casa, asegurando que vivía con sencillez y que su austeridad era parte de su identidad política. No obstante, poco después se reveló que adquirió una propiedad de 1,200 metros cuadrados, valuada en alrededor de 12 millones de pesos.
El contraste entre su declaración de “franciscano” y su vida patrimonial lo colocan también en la lista de políticos que dicen una cosa y hacen otra.
Adán Augusto y el caso Bermúdez Requena
El coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, negó haber tenido sospechas sobre su entonces secretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, hoy señalado por vínculos con el grupo criminal La Barredora, brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Aunque afirmó que nunca recibió indicios, documentos de inteligencia militar ya alertaban de estas relaciones desde antes. Su postura deja más dudas que certezas sobre lo que realmente sabía.
Otros casos que levantan sospechas de mentiras
La lista de incongruencias no termina ahí:
- Ricardo Monreal tuvo que admitir sus viajes de lujo.
- Sergio Gutiérrez Luna, exhibido por su costoso guardarropa, se limitó a decir que el tema estaba “cerrado” sin dar más explicaciones.
Estos ejemplos muestran cómo algunos políticos pretenden ocultar bajo discursos fáciles lo que en la práctica es imposible disimular.
Conclusión: ¿quién es quién en las mentiras?
Lo que comenzó como un espacio para señalar falsedades en los medios, hoy se voltea hacia los políticos que, con discursos rimbombantes, ocultan realidades incómodas. Promesas incumplidas, patrimonios inexplicables y relaciones peligrosas son parte de la agenda que queda en evidencia.
En un país donde la transparencia y la rendición de cuentas siguen siendo tareas pendientes, los ciudadanos tienen cada vez más claro que la verdadera pregunta no es quién miente, sino quién dice la verdad.