El nombre de Ignacio Ovalle, exdirector de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), vuelve a estar en el ojo público tras la publicación de la investigación “Licencia para robar”. El reportaje periodístico revela que durante su gestión se registraron desfalcos que alcanzan los 15 mil millones de pesos, un fraude sin precedentes en la dependencia encargada de garantizar alimentos a los sectores más vulnerables del país.

La investigación señala que Ovalle no solo estaba al tanto de las irregularidades, sino que además se benefició directamente de ellas.

Alertas ignoradas y complicidad en los fraudes de Segalmex

Manuel Lozano, quien fungió como director de Comercialización en Segalmex, declaró que alertó en varias ocasiones a Ovalle sobre los robos, compras a sobrecosto y desvíos de alimentos que nunca llegaron a las tiendas. Sin embargo, la respuesta del entonces funcionario fue ordenar silencio y minimizar los hechos.

“Él dice que todo el tiempo le reportó las irregularidades y Ovalle lo mandó callar… Hoy está muy enojado porque Ovalle está en libertad y él en prisión domiciliaria”, relató la periodista Georgina Zerega, coautora de la investigación. Los testimonios recopilados apuntan a que Ovalle permitía compras infladas, moches a proveedores y simulación de operaciones, mientras las pérdidas para el erario crecían de manera escandalosa.

Testimonios y señalamientos directos por el caso de Segalmex

El periodista Zedryk Raziel, también autor de “Licencia para robar”, afirmó que diversos colaboradores confirmaron cómo en Segalmex existía un “repartidor de tajadas” que beneficiaba tanto a empresarios como a funcionarios. Además, las fuentes aseguran que existió una instrucción política para proteger a Ovalle y mantenerlo fuera de la investigación.

Uno de los casos más llamativos es el del empresario Fernando Zurita, quien presuntamente simuló la compra de casi 8 mil toneladas de azúcar, obteniendo ganancias ilícitas por 142 millones de pesos. Parte de esos recursos habrían sido destinados a la remodelación de la casa de Ovalle, según relataron testigos. “Las remodelaciones, el arquitecto y los materiales, todos los pagaba la empresa”, señaló Zerega.

El mentor político que nunca rindió cuentas

A pesar de la magnitud del fraude y de las evidencias presentadas, la Fiscalía General de la República (FGR) no ha procedido en contra de Ovalle. Su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien se le reconoce como mentor político, parece haberle otorgado una verdadera “licencia para robar”.

Mientras varios de sus excolaboradores enfrentan procesos judiciales, Ovalle permanece en libertad, sin haber rendido cuentas ante la opinión pública ni ante la justicia.