El Puente Tampico, símbolo de conexión entre Tamaulipas y Veracruz, no solo es reconocido por su majestuosidad y relevancia económica. También arrastra una pesada carga: se ha convertido en escenario de constantes suicidios.

Desde su inauguración, el 17 de octubre de 1988, más de 70 personas han decidido quitarse la vida lanzándose desde sus 55 metros de altura sobre el río Pánuco. Paradójicamente, el primer suicidio ocurrió el mismo día en que la estructura fue inaugurada, cuando un hombre se arrojó desde la parte central ante la mirada de boteros y testigos.

¿Por qué ocurren suicidios en el Puente Tampico?

De acuerdo con los registros locales, la mayoría de las víctimas son hombres que enfrentaban deudas económicas, enfermedades, depresiones o rupturas sentimentales. El puente, por su altura y su falta de protecciones, se convirtió en un punto recurrente para quienes atraviesan una crisis emocional.

Vecinos, trabajadores de la zona y usuarios del transporte fluvial han sido testigos de múltiples episodios que, con el paso del tiempo, se han convertido en una preocupación de salud pública para la región.

Día Mundial para la Prevención del Suicidio

En el marco del 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, colectivos y especialistas hacen un llamado urgente para colocar mallas protectoras y vallas de contención a lo largo del puente.

El doctor Alejandro Rosas, director del Hospital Psiquiátrico, señaló que es necesario implementar barreras que frenen los intentos de suicidio y permitan que personal de seguridad o primeros respondientes actúe de inmediato.

“Que se coloquen vallas de contención a lo largo del puente y que la persona que pueda intentarlo se detenga ahí, para que las autoridades actúen de inmediato”, destacó.

La intención es clara: no facilitar más muertes en un punto que, pese a su belleza arquitectónica, se ha convertido en un símbolo de dolor para decenas de familias.

Con estas medidas, Tampico busca un cambio en la forma de enfrentar este problema de salud mental y social que ha marcado a la ciudad por más de tres décadas.