La Orquesta Sinfónica Azteca, integrada por 90 talentosos jóvenes músicos de todo México, celebró su quinta presentación en la emblemática Sala Nezahualcóyotl. Impulsados por la Fundación Azteca de Grupo Salinas, estos artistas entre 17 y 25 años cautivaron al público con la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky bajo la batuta del renombrado director Carlos Miguel Prieto.

Más que una orquesta, representan una sociedad vibrante y agentes de cambio que inspiran a México a través del esfuerzo, mérito y dedicación.

Orquesta Sinfónica Azteca: Un reflejo vivo de la sociedad mexicana

La Orquesta Sinfónica Azteca es mucho más que un grupo musical; es una representación fiel y diversa de la sociedad mexicana. Ninfa Salinas Sada, Presidenta del Consejo de Fundación Azteca de Grupo Salinas, destaca que “cada uno de ustedes tiene un rol que jugar, el rol de ser la mejor versión de ti posible, el rol del esfuerzo, el rol del mérito, el rol del protagonista”.

En efecto, la orquesta está compuesta por 90 jóvenes músicos provenientes de varios estados del país, seleccionados entre el talento juvenil más sobresaliente.

Además, estos jóvenes reciben formación constante y de alta calidad, impartida por algunos de los mejores músicos del mundo, quienes les brindaron clases virtuales durante seis meses. Según Salinas Sada, “son los mejores músicos de México de entre 17 y 25 años que fueron seleccionados a su vez por los mejores músicos de las mejores orquestas del mundo”.

Presentación destacada en la de la Orquesta Sinfónica Azteca

Durante su quinta presentación, estos jóvenes brillaron con la interpretación de la Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, bajo la dirección del maestro mexicano Carlos Miguel Prieto. El director explicó que la obra “hace alusión al carácter cíclico del destino, una obra de gran importancia que estos jóvenes tocarán muchas veces en su vida”.

Jóvenes músicos como agentes de cambio social en México

Más allá de la música, la Orquesta Sinfónica Azteca fomenta el desarrollo personal y social de sus integrantes. Según Salinas Sada, estos jóvenes son “individuos revalorizados, fuertes y sólidos, que confían en sus capacidades, que se están desarrollando continuamente y que tienen ganas de aprender y de crecer”.

Este proyecto de Fundación Azteca se convierte así en un motor para formar agentes de cambio que, mediante la cultura y el arte, construyen un futuro más prometedor para México.