La percepción de que Acapulco se ha recuperado plenamente tras el embate de los huracanes “Otis” y “John” parece ser un optimismo infundado, según testimonios de residentes y trabajadores de la zona. Un reciente recorrido por diversos puntos del puerto guerrerense revela una realidad muy distinta a la que, al parecer, se le ha presentado a la Presidenta de la República. La voz de los acapulqueños, como Jorge Viviano Arredondo, trabajador de Playa Revolcadero, es contundente: “No estamos bien”.
La crítica se extiende a varios sectores, que lamentan el falso optimismo oficial. Bernardo Sandoval Olea, tesorero de Playa Revolcadero, invita a observar la devastación: “Vean la playa de Revolcadero cómo está destruida”. Esta zona turística, vital para la economía local, presenta un asfalto colapsado que impide el acceso a su costa. El mar, con su furia, succionó casas y comercios, que hoy permanecen cerrados o reducidos a escombros.
El turismo llega a Acapulco, pero se va ante el panorama desolador
La consecuencia es directa: el turismo llega, se encuentra con este panorama desolador y simplemente se marcha. Leonor Suárez, una vendedora de frutas, lo confirma con tristeza: “viene el turismo y sacamos nada más para ir comiendo”.
A la destrucción material se suma la pérdida de un recurso natural fundamental: la playa. La franja de 150 metros de arena que antes caracterizaba a Playa Revolcadero ha desaparecido.
Acapulco enfrenta crisis de basura tras paso del huracán “Otis”
Jorge Viviano Arredondo lamenta que llevan “más de siete meses sin trabajar aquí en Playa Revolcadero”, mientras que Bernardo Sandoval Olea recuerda que la playa se extendía “hasta como a 150 metros hacia allá donde ven esa ola”.
Ahora, solo quedan tramos de apenas 30 o 40 metros de playa, lo que afecta directamente las ventas de comerciantes como Pijuania Aburto, quien confiesa que apenas vende “poquita” mercancía, con solo “dos cubetas” vendidas en el día. Las pocas palapas que se han logrado instalar lucen semivacías, y Roberto Villalobos García, encargado de una de ellas, es claro: “Mientras nosotros no tengamos turismo, no tenemos nada”.
“La gente se está muriendo en los hospitales”, denuncian falta de médicos
La situación no es mejor en otras áreas emblemáticas. Los condominios en Punta Diamante muestran un panorama desolador, en parte debido a la falta de pago de algunas aseguradoras. Hoteles icónicos de la Costera Miguel Alemán, que antes eran motores de empleo, permanecen inoperantes, lo que ha resultado en la pérdida de miles de puestos de trabajo.
La crisis se extiende al sector salud. Julia Suárez Martínez, una ciudadana inconforme, denuncia que “la gente se está muriendo en los hospitales. No hay médicos, no hay medicinas”.
A un año del huracán “Otis”, Acapulco continúa en la reconstrucción
Los pacientes que ya enfrentaban dificultades para la continuidad de sus tratamientos antes del desastre, ahora encaran peores consecuencias, pues la falta de equipos médicos se ha agudizado. “Hay aparatos que se dañaron con el huracán y las aseguradoras todavía no han venido a reparar”, explica Suárez Martínez.
Negocios sin luz en Acapulco
En las colonias más alejadas del centro turístico, los servicios básicos siguen siendo un desafío. Enoc Noé Solís, comerciante de la colonia Leonardo Rodríguez Alcaíne, lamenta que el servicio de luz aún no está restablecido, afectando directamente su negocio de cocina.
El suministro de agua es otro problema grave. En la colonia Centro, Hugo Astudillo de la Rosa, de 85 años, relata que debe llamar diariamente al 071 para reclamar el agua que paga puntualmente. Él y su esposa deben acarrear y almacenar el vital líquido en cubetas, o comprar garrafones, como lo hace Enoc, quien llega a adquirir “veinte garrafones” por necesidad.
Tras este recorrido y los testimonios recabados, la conclusión es ineludible: Acapulco no se ha recuperado. La realidad dista mucho de un optimismo que no se corresponde con la vida diaria de sus habitantes y la situación de su infraestructura.