En Playa Salchi, Oaxaca, la resistencia tiene el rostro de un hombre de 88 años. Miguel Sánchez, quien llegó a estas tierras en 1945 siendo apenas un niño, hoy libra la batalla más difícil de su vida: defender lo último que le queda frente al temido “Cártel del Despojo”.
Cártel del Despojo en Oaxaca; así opera para quitar terrenos de sus propietarios
Don Miguel recuerda con claridad su llegada: “De ocho años empecé a llegar aquí montado en un caballo... este terreno no lo agarré solo, mi abuelo me lo dejó". Sin embargo, esa herencia familiar hoy es objeto de codicia.
A pesar de que ya ha sido despojado del 80% de sus terrenos —donde incluso se levantó la estructura de un hotel que quedó inconcluso gracias a la intervención comunitaria—, las amenazas no cesan para arrebatarle el resto.
“Han venido a amenazarme tres veces en el día, con machete... y luego me vinieron a balacear la casa, vinieron 30 armados, pero yo no me voy a salir, salgo, pero muerto, vivo ni a madres me voy a salir”, sentenció Don Miguel con una firmeza inquebrantable.
En #Oaxaca, un adulto mayor enfrenta solo al llamado “Cártel del Despojo” para proteger lo poco que le queda de su herencia.
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 25, 2025
Don Miguel, de 88 años, denuncia amenazas, intentos de secuestro y hostigamiento, mientras autoridades permanecen ausentes.@betodominguezf con el… pic.twitter.com/5S2tAJJB28
Al menos cuatro políticos relacionados al Cártel del despojo en Oaxaca
El Comité de Defensa de los Derechos Indígenas, encabezado por Abraham Ramírez, ha puesto nombres y apellidos a los presuntos responsables. Denuncian una red de personajes oscuros que incluye a Marco Sánchez, Orlando Acevedo, Sergio Castro y David Ortega, quienes operarían bajo la protección de funcionarios públicos.
La denuncia escala al ámbito político: “Específicamente ahí está Alejandro Avilés, que es del Verde y tiene acuerdos con Morena... se han dedicado a lotear y a vender los terrenos de nuestro amigo Miguel a personas extranjeras”, acusó Ramírez. El activista advirtió que, al ser tierras comunales, estas no pueden venderse, pero la colusión entre el crimen, presidentes municipales y el gobierno estatal permite que se pisotee la ley: “Estamos en un estado fallido”.
La violencia ha llegado al extremo del secuestro. Don Miguel fue privado de su libertad para obligarlo a firmar la cesión de sus tierras, pero no cedió.
Ante la ausencia total de autoridad —pues las solicitudes de audiencia con el Gobernador y la Presidenta de la República han sido ignoradas, según Cristal Jiménez del Comité—, la comunidad ha tomado la seguridad en sus manos. Hombres, mujeres y hasta niños indígenas se han organizado para proteger al anciano, asegurando que lo defenderán “aunque les cueste la vida”.
Mientras tanto, Don Miguel se aferra a su hogar: “Yo no tengo miedo... si me llegan a matar, que me maten aquí en mi casa... ahorita ya tengo 88 años, ya no me da miedo”.