Los servicios sanitarios de Estados Unidos han reportado un aumento significativo de contagios provocados por la bacteria carnívora Vibrio vulnificus, un patógeno que ha causado, hasta la fecha, al menos ocho muertes en la costa del Golfo y más de 20 casos de infección registrados entre Luisiana y Florida.

El Departamento de Salud de Luisiana comunicó la semana pasada que se han documentado 17 casos de infección por esta bacteria solo en ese estado durante 2025. Todos los pacientes requirieron hospitalización y cuatro de ellos fallecieron. El organismo advirtió que esta cifra representa un incremento, ya que durante los últimos diez años, el promedio anual en el mismo periodo era de siete casos y una sola muerte.

Mientras tanto, autoridades de Florida confirmaron que hasta el 24 de julio se han registrado 13 infecciones, también con cuatro muertes asociadas. La situación ha generado preocupación en el ámbito médico y entre la población, particularmente en zonas costeras.

¿Qué es la bacteria carnívora y por qué es tan peligrosa?

La bacteria carnívora Vibrio vulnificus pertenece al género Vibrio, que incluye varios tipos de microorganismos capaces de causar vibriosis, una infección que puede tener consecuencias severas. Según la Cleveland Clinic, esta variante es responsable de los casos más graves de vibriosis.

Los síntomas incluyen ampollas dolorosas, fiebre alta, hemorragias internas, daños en órganos y sepsis, lo cual puede derivar en la muerte si no se trata rápidamente. En algunos casos, la bacteria provoca fasciitis necrosante, una infección agresiva que destruye el tejido alrededor de heridas abiertas.

Aunque a menudo se le llama “bacteria carnívora”, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) explican que no es el principal microorganismo asociado con la fasciitis necrosante en el país. Sin embargo, su capacidad de causar daño letal en poco tiempo la convierte en una de las infecciones más temidas, especialmente en zonas costeras.

¿Por qué están aumentando los casos en 2025?

Especialistas en salud pública atribuyen este repunte de casos, en parte, al cambio climático. El calentamiento global ha provocado que las temperaturas del agua aumenten en algunas regiones, lo que crea un entorno ideal para la proliferación de este tipo de bacterias. Además, la exposición a aguas contaminadas o mariscos crudos continúa siendo un factor de riesgo importante para contraer la infección.