Un nuevo estudio ha puesto en evidencia una creencia popular: el abuso verbal que sufren los niños tiene un impacto tan fuerte en su salud mental como el abuso físico. Publicada en la revista BMJ Open, esta investigación demuestra que las palabras pueden dejar heridas emocionales tan profundas como los golpes.
El riesgo del abuso verbal: un problema cada vez mayor
La investigación, liderada por Mark Bellis de la Universidad John Moores de Liverpool, analizó datos de más de 20 mil 600 personas de Inglaterra y Gales. Los resultados son claros:
- El abuso verbal aumentó un 64% las probabilidades de que una persona tuviera un bajo bienestar mental al llegar a la edad adulta.
- El abuso físico aumentó el mismo riesgo en un 52%.
Lo más preocupante es que las personas que sufrieron abuso verbal y físico tuvieron el doble de probabilidades de desarrollar problemas de salud mental en su vida adulta.
¿Por qué el abuso verbal es difícil de identificar?
Los investigadores explican que, a diferencia de las heridas físicas, que suelen ser visibles, el abuso verbal puede pasar desapercibido. Como no deja marcas, es menos probable que sea detectado por médicos, maestros u otras personas que trabajan en los servicios de apoyo; sin embargo, su impacto es igual de grave.
El abuso verbal es una fuente de estrés tóxico que puede afectar directamente el desarrollo cerebral de los niños. El estudio también encontró que es más común: se estima que uno de cada tres niños lo sufre, en comparación con el abuso físico, que afecta a uno de cada seis.
Consecuencias a largo plazo en la mente de los niños
El estudio demostró que el abuso verbal es particularmente dañino para la mente y la capacidad de las personas para conectar con los demás. Los adultos que lo sufrieron de niños eran más propensos a:
- Sentirse poco cercanos a otras personas (el riesgo aumentó un 90%).
- No sentirse optimistas, útiles o relajados.
- Tener problemas para resolver sus propios asuntos o tomar decisiones.
Esto resalta que el abuso verbal puede ser incluso más perjudicial que el abuso físico en ciertos aspectos del bienestar emocional y social.
Además, la investigación reveló un dato preocupante: mientras el abuso físico ha disminuido, el abuso verbal ha aumentado, pasando de afectar al 12% de los niños nacidos antes de 1950 a casi el 20% de los nacidos a partir del 2000.