La falta de medicamentos en México no solo afecta a pacientes con cáncer, sino también a millones que padecen enfermedades crónicas o agudas que requieren tratamientos continuos. El desabasto se ha convertido en un problema sistémico que impacta la salud integral de la población, generando sufrimiento silencioso en quienes no pueden acceder a sus fármacos esenciales.

Escasez de medicamentos: Tratamientos vitales comprometidos

El desabasto pone en riesgo la continuidad de terapias que evitan descompensaciones, hospitalizaciones y pérdida de calidad de vida. Además de los pacientes con cáncer, otros grupos importantes también sufren por la falta de medicamentos en México. Principalmente, aquellos con enfermedades crónicas como:

  • Hipertensión
  • Diabetes
  • Epilepsia
  • Artritis
  • Osteoporosis
  • Dislipidemias

Por ejemplo, medicamentos para hipertensión como el amlodipino, insulina para diabetes, levetiracetam para epilepsia y ácido risedrónico para osteoporosis han estado en escasez, afectando la salud y calidad de vida de millones de personas que dependen del sistema público de salud.

¡No son los únicos! Entre los más afectados se encuentran los pacientes con enfermedades raras, que en México alcanzan aproximadamente a 8 millones de personas que suelen requerir medicamentos especializados y tratamientos costosos, muchos de los cuales no están disponibles debido a la falta de suministro.

Otros grupos afectados incluyen pacientes con VIH que requieren antirretrovirales, personas con enfermedades metabólicas y enfermedades que requieren continuidad terapéutica para evitar complicaciones serias y hospitalizaciones. La crisis de desabasto impacta múltiples padecimientos, poniendo en riesgo la salud de personas con distintas condiciones médicas que dependen de una farmacoterapia constante.

Más de 5 años sin medicamentos, ¿desde cuánto empezó la crisis?

Este fenómeno no es reciente, desde 2019 la falta de una política integral, cambios en los mecanismos de compra y problemas logísticos han provocado cuellos de botella. La centralización de compras y la cancelación abrupta de licitaciones han exacerbado el problema. Pese a anuncios de soluciones gubernamentales y nuevas estrategias de compra directa con laboratorios fabricantes, la escasez persistirá en 2025.

Pacientes, médicos y colectivos ciudadanos exigen transparencia, participación de profesionales de la salud, sistemas en tiempo real de inventarios y políticas que priorizan la salud sobre la corrupción o la burocracia.