México enfrenta un preocupante brote de sarampión que ha dejado 18 fallecidos y más de 4,450 casos registrados en lo que va de 2025, evidenciando un problema de salud pública en crecimiento. Ante esta situación, las autoridades han insistido en la importancia de que la población acuda a los centros médicos para inmunizarse. Sin embargo, la estrategia de prevención parece contradecirse en la práctica, dejando en entredicho la efectividad de las campañas a nivel nacional y en la capital del país.

El llamado a la vacunación masiva se hizo en el marco de un evento en Chalco, Estado de México, donde se inauguró con gran énfasis la Segunda Semana Nacional de Salud Pública del año. A pesar del acto oficial, la realidad que enfrentan los ciudadanos en la Ciudad de México es muy diferente. Al acudir a varias unidades médicas en la capital, se encontró que no hay disponibilidad de la vacuna para adultos de entre 10 y 49 años, el rango de edad al que las autoridades recomiendan proteger.

El sarampión no es una enfermedad menor en la edad adulta y puede causar graves complicaciones, como otitis, encefalitis y otras infecciones cerebrales. El contagio en adultos es considerado un asunto serio que incluso puede poner en riesgo la vida, lo que hace que la falta de vacunas disponibles sea aún más alarmante.

La escasez no se limita al sarampión. Los centros de salud también carecen de la vacuna contra la tuberculosis para recién nacidos. El personal médico reconoce que existe una larga lista de espera y que el suministro no ha llegado desde hace varios meses. Esta situación crítica en dos de las vacunas más solicitadas resalta la pérdida de una “oportunidad” de inmunización para los mexicanos que acuden a los centros de salud de manera proactiva, sin la certeza de que el biológico estará disponible en el futuro.

Esta falta de vacunas tendrá un impacto significativo en las coberturas nacionales. La propia Secretaría de Salud federal ha reconocido que el rezago en la vacunación ya es muy grande. Las cifras oficiales indican que la cobertura en menores de un año se sitúa en 80.5%, un porcentaje que se encuentra por debajo del 95% que recomienda la Organización Mundial de la Salud para lograr la inmunidad de rebaño.

Las autoridades admiten que recuperar el terreno perdido en la inmunización tomará mucho tiempo. Con solo una de las tres Semanas Nacionales de Salud Pública programadas para este año aún por realizarse, el tiempo para revertir la situación se agota.