El Bloque Negro secuestró la marcha de la Generación Z el 15 de noviembre de 2025 en la Ciudad de México (CDMX). Robó atención de las legítimas demandas de la sociedad e hizo que el gobierno mostrara su cara represora. El triunfo de los embozados y de quienes los pagaron genera muchas interrogantes.
Bloque Negro no solo opera en la CDMX
Lo llaman Bloque Negro, un modelo surgido en Europa desde la década de los ochenta, pero que ha tenido sus réplicas en México. Opera en 14 entidades del país y tiene fuerte presencia en la CDMX.
De acuerdo con reportes de inteligencia militar, el Bloque Negro tiene presencia en 14 estados del país, pero su poderío es más evidente en la Ciudad de México.
¿Quiénes integran el Bloque Negro? Esto se sabe
Sus integrantes se caracterizan por ir con el rostro cubierto, realizar pintas, destruir mobiliario urbano y generar violencia usando artefactos como piedras, resorteras, explosivos, bombas molotov, palos y tubos.
Se tiene identificado que en nuestro país hay al menos 18 grupos que actúan de forma diferente. Siete son de los más radicales. Su presencia se hizo notoria principalmente desde la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, el 1 de diciembre de 2012.
Otro momento fue la marcha del 2 de octubre de 2013. Entonces se tenían identificados al menos tres grupos: “Bloque Negro Anarquista”, “Cruz Negra Anarquista” y “Coordinadora Estudiantil Anarquista”.
El Bloque Negro, presente en varias protestas y marchas en CDMX
En noviembre de 2014 quemaron la Puerta Mariana de Palacio Nacional. Están presentes en cada protesta, como las de los 43 de normalistas de Ayotzinapa, la conmemoración del Halconazo, el 8 de marzo o el 2 de octubre, entre otras. La más reciente, la de la Generación Z.
Alberto Capella, especialista en seguridad, ha estudiado cómo se mueven estos grupos y señala que su presencia nunca obedece a la casualidad.
“El sábado no fue desorden espontáneo; fue ingeniería política para controlar la narrativa, como ha quedado evidenciado en el transcurso de toda esta semana”, comentó.
Surgen preguntas: ¿Quién los convoca? ¿Cómo se organizan? ¿Quién los financia? ¿Están al servicio de los políticos o al servicio del gobierno? ¿Por qué llevan tantos años operando? ¿Por qué nunca se les aplica todo el peso de la ley? ¿Qué fines persiguen o qué intereses tocan? Son preguntas que se quedan sin respuesta.
“Opera así: te deja marchar, pero coloca violencia donde llegas; te deja avanzar, pero te fragmenta; no te impide entrar, pero genera miedo para que no te quedes; no impide la protesta, pero distorsiona la imagen final. Es control sin admitirlo, es represión sin declararla, es autoritarismo administrado”, dijo el especialista.
Y al final, las protestas, por más legítimas que sean, siempre quedan empañadas por la violencia del Bloque Negro.