Sin agua potable ni escuela cercana: La cruda realidad de una familia en Nayarit

En lo alto de la sierra de Nayarit, donde la sed se calma en un río lejano, el sueño de una niña florece: ser doctora en su pueblo olvidado; así sobrevive.

Por: Pilar Espinoza

Con información de: Lucero Rodríguez

En la comunidad Puente de San Rafael, municipio de El Nayar, Nayarit, Candelaria Galaviz Carrillo y sus ocho hijos enfrentan condiciones de pobreza extrema: Sin acceso a luz ni agua potable, deben caminar largas horas para llegar a servicios básicos como salud y educación.

A pesar de las dificultades, su hija Bricia, de 14 años, sueña con ser médico para ayudar a su comunidad. Esta historia refleja la realidad de muchas familias mexicanas que luchan por romper el ciclo de pobreza.

La pobreza extrema en Nayarit: Sin servicios básicos ni seguridad social

Candelaria Galaviz Carrillo vive en extrema pobreza junto a sus seis hijas y dos hijos en la comunidad Puente de San Rafael, municipio de El Nayar, Nayarit. La familia carece de servicios básicos como luz y agua potable; el único acceso al agua es el río cercano, al que deben bajar por una barranca cargando galones para abastecerse. Además, uno de cada cinco habitantes en la región carece de seguridad social, lo que agrava su vulnerabilidad.

La falta de recursos económicos obliga a Candelaria y sus hijos a caminar hasta una hora y media para llegar al centro de salud más cercano, ya que no cuentan con transporte. Esta misma situación afecta la educación de los niños y jóvenes, quienes muchas veces abandonan la escuela por la distancia y las condiciones adversas. El promedio de estudios en el municipio es apenas el primer grado de secundaria, según Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La esperanza en la educación: el sueño de Bricia para salir de la pobreza

Bricia, la hija mayor de Candelaria, tiene 14 años y está a punto de terminar la secundaria. Ella representa la esperanza de la familia y sueña con estudiar medicina para atender a su comunidad, donde la atención es escasa: “Por eso les digo que estudien, porque quiero que sean alguien en la vida, una doctora es lo que ocupamos”, comenta Candelaria, mientras Bricia afirma: “Quisiera estudiar y agarrar una carrera porque aquí a veces muchas personas se enferman y no hay nadie que los atienda”.

Consciente de las dificultades que enfrenta su madre, Bricia sabe que la educación es la clave para un futuro mejor. “Primero es estudiar, de ahí ya, pues casarme, pero no tener muchos hijos, porque yo sé cómo batalla mi mamá”, asegura con determinación. Esta historia ejemplifica la lucha diaria de muchas familias en Nayarit por superar la pobreza extrema a través del acceso a servicios básicos y la educación.

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