En la colonia Vista Bella de Tampico, Tamaulipas, una historia de resistencia, impotencia y justicia se volvió viral. Mayra Sierra, una mujer que regresó de Estados Unidos, encontró su propiedad invadida por inquilinas que no pagaban renta desde hace más de 10 años. Tras años de evasivas, burlas y promesas rotas, la propietaria decidió actuar con apoyo legal… y con uñas y dientes.

Confianza traicionada y años sin justicia: la historia de las inquilinas morosas en Tampico

La vivienda, ubicada en el número 236 de la colonia mencionada, fue rentada por Mayra a una madre y su hija, con la esperanza de que fuera cuidada durante su ausencia en el extranjero. Sin embargo, esa confianza fue traicionada. Durante una década completa, no se recibió un solo peso de renta, mientras los ocupantes evitaban a quienes iban a cobrarles.

Al intentar negociar para que desalojaran la vivienda, Mayra incluso ofreció pagarles $10,000 pesos como apoyo para mudarse, incluyendo el depósito y renta en otro lugar. La respuesta fue tajante: “Esta es mi casa”, respondió una de las morosas, negándose a dejar el inmueble.

Gritos, empujones y golpes: así fue el desalojo en Tampico

Tras agotar la vía conciliatoria, Mayra solicitó el respaldo de la Fiscalía General del Estado de Tamaulipas, quien emitió la orden de desalojo. Lo que siguió fue un escándalo que incluyó amenazas, gritos, golpes con tubos y hasta arañazos.

“Le pegaron a mi sobrina con un fierro, mi hermana tiene moretones”, relató Yolanda Sierra, hermana de la afectada. Finalmente, las inquilinas fueron desalojadas, y la propietaria pudo ingresar a su vivienda. Lo que encontró fue devastador: tuberías dañadas, paredes rotas y mobiliario destrozado. Según sus estimaciones, requerirá al menos 50 mil pesos para reparar todos los daños.

La historia explota en redes: memes, piñatas y apoyo ciudadano tras el caso de inquilinas morosas

La noticia no tardó en hacerse viral. En redes sociales como Facebook y X (antes Twitter), los usuarios se solidarizaron con Mayra, y muchos se burlaron de las inquilinas invasoras. Surgieron memes, videos y hasta piñatas personalizadas que ridiculizaban la situación.

La historia ha generado un debate nacional sobre los derechos de los arrendadores, las complicaciones legales para recuperar propiedades y la urgencia de agilizar procesos judiciales ante casos tan flagrantes como este.