No es solo contra los medios: La Ley de Telecomunicaciones podría callar a todos los mexicanos
Aunque se eliminó el artículo 109, la llamada Ley de Telecomunicaciones mantiene mecanismos que podrían afectar tus derechos digitales. Descúbrelos aquí.
Uno de los errores más comunes en el debate público es pensar que la libertad de expresión es solo una garantía para periodistas y medios de comunicación. Pero el verdadero impacto de limitar esa libertad va mucho más allá: nos afecta a todos.
Con la llamada Ley de Telecomunicaciones, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, se reavivan las alarmas sobre la posible instalación de un marco normativo que podría ser usado para censurar voces críticas, denuncias ciudadanas y coberturas incómodas.
Cambios en la Ley de Telecomunicaciones que no resuelven el problema
Aunque el gobierno federal eliminó el artículo 109 que facultaba bloquear plataformas digitales, varios expertos en derechos digitales y legisladores de oposición han advertido que la amenaza persiste. Los cambios presentados no modifican el espíritu de control que permea en otros artículos claves de la ley.
Incluso la propia presidenta ha defendido su propuesta afirmando que “los cambios son para el bien de México”, sin negar que los mecanismos de control siguen presentes.
¿Qué pretende la Ley Telecomunicaciones?
La reforma a la Ley de Telecomunicaciones contiene disposiciones que podrían traducirse en herramientas de censura institucional. Aunque se promueve como una medida para mejorar el orden digital y proteger a los usuarios, varios artículos resultan preocupantes:
- El artículo 192, fracción novena contempla sanciones a contenidos que no cumplan con “el uso correcto del lenguaje”. Esto podría aplicarse a expresiones ciudadanas que usen lenguaje fuerte o emotivo en contextos de protesta.
- El artículo 228, fracción sexta permitiría que autoridades o ciudadanos exijan derecho de réplica en medios, incluso si la información difundida es verídica y comprobable. Esto, pese a que la Suprema Corte de Justicia ya declaró inconstitucional el uso abusivo de esta figura.
- También el artículo 228, fracción tercera podría usarse para bloquear la difusión de declaraciones públicas, mientras se determina si un periodista está opinando o informando. En la práctica, esto podría frenar coberturas periodísticas en tiempo real.
El poder de silenciar sin parecer censura
El problema con esta legislación es su ambigüedad. No prohíbe directamente la crítica, pero abre la puerta a que el Estado limite el discurso bajo pretextos como lenguaje ofensivo o derecho de réplica.
Esto podría crear un entorno de autocensura, donde periodistas y ciudadanos prefieran callar por miedo a consecuencias legales.
Como dice el dicho, el diablo está en los detalles, y en esta ley, esos detalles podrían significar la diferencia entre vivir en libertad o en silencio.