¡Qué efectivo es el sacrificio cuando se está regando el tepache! Y no lo digo yo, que no doy paso sin huarache, lo dijo el filósofo francés René Girard hace ya bastantitos años.
Así como la ven, en 1972 Girard publicó el libro “La Violencia y lo Sagrado”, un mamotreto de alrededor de 500 cuartillas en las que el también antropólogo e historiador explicó las funciones del sacrificio.
Para él, la receta es muy simple:
- Precalientas el horno a 180°; es decir, “descomplejizas” la sociedad.
- Viertes el contenido en un recipiente: pones en operación el sacrificio.
Morena y la “descomplejización”
Todo esto es pertinente porque desde 2018, el gobierno se ha encargado de simplificar las cosas de una manera “inigmante”, o por su traducción del Lady Coral blanco: INIMAGINABLE.
A partir de que Morena llegó al poder se ha repetido hasta el cansancio la cantaleta de lo bueno y lo malo; esto se traduce en un gobierno que ha desplegado una auténtica pedagogía moral.
Y no solo eso, pues, además de la formación moral de millones de mexicanos, el gobierno le ha quitado complejidad a la sociedad, con explicaciones simplonas e insuficientes y con ello logró con éxito el primer paso de la receta girardiana.
Guerras intestinas y sacrificio
En segundo lugar, cuando René Girard estudia las sociedades “descomplejizadas” e, incluso, las sociedades tribales, distingue que frente a la inexistencia de un poder judicial, las decisiones recaen en:
- Una autoridad central; y,
- Relaciones de parentesco.
Y aquí es donde la puerca tuerce el rabo, porque en estas condiciones y como remedio a la división, conflicto o desacuerdo, el sacrificio puede operar, como dicta la receta.
El chivo expiatorio
Dicho lo cual, la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión tiene más de 270 artículos y al menos 66 fracciones dedicadas a la incursión del gobierno en los datos personales, geolocalización, llamadas telefónicas, etc. Es una Ley robusta y compleja.
No todo es el artículo 109 y el bloqueo de plataformas digitales; sin embargo, el gobierno busca limpiarse las manos sacrificando uno de los artículos de su infame Ley de Telecomunicaciones. ¿Muerto el perro se acabó la rabia?
Al parecer, el artículo 109 será el chivo expiatorio, el sacrificio de la autoridad central, para pasar su reforma con las aguas “más tranquilas”. ¡Ojalá no! Espero estar equivocado. En fin, el PRI sacrificó más.
