Un nuevo episodio de violencia marcó el conflicto en Gaza este miércoles, cuando un bombardeo israelí alcanzó la única iglesia católica en la región, la Iglesia de la Sagrada Familia, ubicada en el barrio de Zeitoun. El ataque provocó la muerte de dos civiles palestinos y dejó al menos siete heridos, entre ellos el párroco argentino Gabriel Romanelli, quien resultó con una lesión en la pierna y fue trasladado al Hospital Bautista Al-Ahli para recibir atención médica.

Este incidente se suma a la escalada de tensiones que ha dejado, desde octubre de 2023, un saldo superior a 58,573 personas fallecidas a raíz de los operativos militares de Israel en la zona, según cifras de organismos humanitarios.

El Papa León IXV pidió alto al fuego inmediato en Gaza

El ataque a un lugar sagrado cristiano provocó una rápida respuesta desde el Vaticano. En un comunicado oficial, el Papa León IXV expresó su pesar por lo ocurrido: “Profundamente triste por este nuevo acto de violencia, renuevo mi llamado urgente a un alto al fuego inmediato”.

El Pontífice también reiteró su compromiso con el diálogo: “Aún mantengo la esperanza de reconciliación y una paz duradera para toda la región de Medio Oriente”.

La Iglesia de la Sagrada Familia no solo es el único templo católico en la Franja de Gaza, sino también uno de los pocos espacios de asistencia y refugio para las minorías cristianas en el enclave palestino.

Las Fuerzas de Defensa de Israel responden, fue daño colateral

Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) publicaron en su cuenta oficial de X (antes Twitter) que la Iglesia de la Sagrada Familia no fue blanco directo del ataque. Según su declaración, una investigación preliminar indicó que fragmentos de metralla de un proyectil alcanzaron el edificio de manera accidental.

“Una investigación inicial sugiere que fue un error que los fragmentos hayan llegado al templo”, indicaron. Además, reiteraron que sus operaciones militares se dirigen exclusivamente contra objetivos considerados amenazas activas, y que se realizan todos los esfuerzos posibles para evitar daños a civiles y estructuras religiosas.

“Lamentamos cualquier daño involuntario que pueda haberse producido durante esta operación”, concluyeron.