Cada que pasa un cometa por el cielo de la Tierra nos emocionamos con la idea de poder apreciarlo. Muchos sacan sus telescopios y esperan este suceso, como por ejemplo con el objeto interestelar 3I/ATLAS, que se acercará pronto a nuestros cielos.

Aunque es muy común que los cometas pasen cerca de nuestro planeta y podamos verlos, lo que no es tan frecuente es que podamos verlos al ojo desnudo, es decir, sin ayuda de telescopios.

¿Cada cuánto se ven los cometas?

Durante cada año, alrededor de una docena de cometas pasan cerca del planeta a una distancia apta para verlos con un telescopio. Sin embargo, en promedio, sólo un cometa al año es visible a simple vista.

No obstante, muchos de esos cometas “visibles” son muy tenues y únicamente expertos los distinguen en cielos muy oscuros. Solo los que son calificados como “grandes cometas” logran hacerse realmente notables. Por ejemplo, el famoso cometa Halley (que es visible cada 76 años, aproximadamente), así como los cometas Hale–Bopp (que pasó en 1997) o Neowise (descubierto en 2020) brillaron tanto que el público pudo verlos sin equipos especializados. Pero lo común es que un cometa cualquiera solo sea perceptible con telescopios o binoculares.

Esto explica por qué la llegada de 3I/ATLAS genera expectación: la gente se pregunta si quizás podremos notarlo en el cielo nocturno sin telescopio. Los especialistas de la NASA siguen estudiando sus características.

¿Qué tan cerca está el cometa 3I/ATLAS?

El Cometa 3I/ATLAS, aunque estará muy cerca para ser apreciado, aún está muy lejos. Lo más cercano que estará de la Tierra es 1.8 unidades astronómicas, es decir, unos 270 millones de kilómetros. Es como si dieras 6 mil 737 vueltas a nuestro planeta desde el ecuador terrestre. Desafortunadamente, debido a esta distancia y a que su brillo es muy tenue, no podrá ser visto con telescopios aficionados ni a simple vista.

El 20 de octubre de 2025 estará lo más cercano a la Tierra, a 210 millones de kilómetros, justo dentro de la órbita del planeta Marte, explica la NASA. El objeto interestelar dejó de ser visible con telescopio hasta finales de septiembre de 2025, aunque podrá reaparecer del otro lado del Sol a inicios de diciembre de este año, con lo que podrá ser apreciado de nuevo.