El cometa interestelar 3I/ATLAS continúa capturando la atención de los astrónomos. Recientes investigaciones han confirmado que este cuerpo celeste, procedente de una región más allá de nuestro vecindario estelar, es el objeto interestelar de mayor tamaño hallado hasta hoy, con una dimensión calculada que alcanza los 11 kilómetros de diámetro.

La comunidad científica está particularmente intrigada por los fenómenos captados por la red de telescopios global en el transcurso de los días recientes.

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Con su aproximación a nuestra estrella, 3I/ATLAS ha empezado a emitir un tono verde inusual. Este resplandor se origina cuando ciertas sustancias químicas, específicamente el cianógeno y el carbono biatómico, se activan por la energía solar.

Adicionalmente, los análisis de la luminosidad que irradia el cometa han detectado una polarización extremadamente alta, un rasgo jamás antes visto en los cometas que se originaron en nuestro propio sistema. Esta característica inédita refuerza la teoría de que su estructura química es fundamentalmente diferente a la de los cuerpos celestes que se formaron en órbita solar.

FOTOS: Así se ve actualmente el cometa interestelar 3I/ATLAS

Las últimas imágenes muestran cómo la cola del cometa ha crecido y cómo su actividad ha aumentado notoriamente a medida que se adentra en la región interior del sistema solar. Los astrónomos especulan que la observación de esta evolución podría ofrecer importantes indicios sobre los procesos de formación y desarrollo planetario en sistemas estelares fuera del nuestro.

El punto de mayor acercamiento de 3I/ATLAS al Sol, conocido como perihelio, está programado para el 30 de octubre de 2025. En ese momento, la distancia entre el cometa y la estrella será de aproximadamente 1.4 unidades astronómicas (UA). Con respecto a la Tierra, el objeto pasará a unos 1.8 UA, lo que equivale alrededor de 270 millones de kilómetros, por lo que no representa amenaza alguna para nuestro planeta.

Esta fase será crucial para la investigación, ya que la intensa radiación del Sol incrementará la actividad en la superficie del cometa. Esto no solo hará más evidentes su coma y su cola, sino que también proporcionará a los expertos una oportunidad sin igual para obtener mayor conocimiento sobre su composición y cómo se comporta.

Además, la trayectoria del cometa interestelar incluye un encuentro cercano con el planeta rojo, Marte. Este evento brindará a los científicos una ocasión singular para examinar la manera en que el material del cometa reacciona al interactuar con la atmósfera y el patrón orbital de Marte. Este estudio detallado ampliará la información disponible sobre este particular huésped de un sistema estelar distante.