Alemania, uno de los aliados más firmes de Israel y su segundo mayor proveedor de armamento, ha suspendido la aprobación de exportaciones de armas que puedan ser utilizadas en Gaza. El anuncio fue hecho este viernes por el canciller Friedrich Merz, quien vinculó la decisión directamente con la aprobación del gabinete israelí, la noche anterior, de endurecer la ofensiva militar en la Franja.

Este movimiento representa la fisura más significativa en décadas en el apoyo de Berlín a Israel y pone a prueba el pilar de la política exterior alemana conocido como “razón de Estado”.

Entre el derecho a la defensa y el sufrimiento civil

El canciller Merz fue cuidadoso en su lenguaje, reafirmando que Israel tiene el “derecho a defenderse” y que el “desarme de Hamás es esencial”. Sin embargo, marcó un claro punto de inflexión al cuestionar los métodos de su aliado. Según Merz, la acción militar “aún más dura” decidida por el gobierno de Netanyahu “hace cada vez más difícil ver cómo se van a lograr estos objetivos”.

Según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), entre 2020 y 2024, Alemania fue el segundo mayor proveedor de armas a Israel, representando el 33% del total de sus importaciones. La suspensión de nuevas licencias, por tanto, tiene un impacto material directo sobre la capacidad militar israelí a mediano plazo y envía una señal política inequívoca desde una de las potencias más influyentes de Europa.

Las críticas de Merz a la situación en Gaza ya habían comenzado en mayo, cuando se declaró “consternado por el destino de la población civil y su terrible sufrimiento”.

La “razón de estado” alemana puesta a prueba

Históricamente, el apoyo de Alemania a la seguridad de Israel ha sido prácticamente incondicional, un pilar de su política exterior derivado de su responsabilidad histórica por el Holocausto. Esta política fue formalizada como “razón de Estado” (Staatsräson) por la excanciller Angela Merkel durante un discurso ante el parlamento israelí en 2008, donde declaró que la seguridad de Israel “nunca será negociable”.

Su sucesor, Olaf Scholz, reiteró este compromiso tras los ataques del 7 de octubre de 2023.

El canciller Friedrich Merz, si bien ha aclarado que no abandona la idea de la Staatsräson, es el primer líder alemán en introducir una condicionalidad tan explícita. Su decisión de suspender las exportaciones de armas sugiere una nueva interpretación de la doctrina: el apoyo a la seguridad de Israel no implica un respaldo a todas sus acciones militares, especialmente cuando estas tienen un alto costo para la población civil.