El reciente asesinato de las hermanas Meredith, Madelin y Karla, junto con su madre Margarita, a principios de julio en Sonora, ha conmocionado a México y se ha convertido en un símbolo más del grave problema de violencia que azota al país.

Especialistas en salud pública, psicología y ciencias penales coinciden en que esta violencia no es un fenómeno aislado, sino una crisis que debe ser atendida con urgencia y desde sus raíces.

La violencia en México, un problema de salud pública

Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia AL y Caribe, señala que la violencia debe ser entendida como un problema de salud pública que requiere respuestas contundentes e institucionales.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud advirtió que los homicidios, si no son contenidos, pueden convertirse en epidemias, lo que refleja la gravedad de la situación en México.

Normalización de la violencia en México; estas son las consecuencias

María del Carmen Cendón, investigadora en Ciencias Penales, advierte que la violencia comienza a normalizarse en la sociedad mexicana, donde muchas personas ya no la perciben como una amenaza real, sino como una “aceptación” de los hechos violentos, lo que puede dificultar la reacción social y gubernamental ante estos crímenes.

Por su parte, Carlos Contreras, investigador en Psicología Social de la UAM, reconoce que la violencia se percibe como cotidiana pero no por ello es aceptada como normal.

“La gente está indignada, está reaccionando porque no es posible que sucedan estos hechos”, afirma. Sin embargo, critica que los gobiernos actuales y anteriores han quedado a deber en la atención y solución del problema, muchas veces usando la violencia como bandera política parcial.

La educación: Clave para combatir la delincuencia en México

Los expertos coinciden en que para enfrentar esta problemática es indispensable trabajar desde la educación, ya que siete de cada diez adolescentes reclutados por la delincuencia provienen de entornos de violencia intrafamiliar o abuso.

La violencia no sólo afecta a las víctimas directas, sino que tiene un impacto profundo en toda la sociedad.