¿De promesa a monumento a la opacidad? Los estragos del Tren Maya
Expertos advierten que el Tren Maya, además de causar deterioro ambiental, podría convertirse en un elefante blanco sin beneficios para los habitantes.
El Tren Maya, una de las obras emblemáticas del gobierno de la cuarta transformación, prometía desarrollo y conectividad para el sureste mexicano. Sin embargo, en la práctica, sus costos exorbitantes y el impacto ambiental ha generado una ola de críticas no solo de especialistas, sino de las propias comunidades.
De promesa de movilidad a deterioro ambiental: Buzos documentan daños por el Tren Maya
Un buzo documentó la huella que ha dejado el Tren Maya sobre al menos 125 cenotes y cavernas en Quintana Roo, justo por donde pasa la obra.
“Está violando leyes ambientales y causando daños que podrían eliminar el acuífero del que dependen la fauna, la flora y los seres humanos”, advirtió Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM.
Wilberth Esquivel, ingeniero estructural, explica que la construcción del Tren Maya pone en riesgo los sistemas subterráneos de agua.
“Abres un agujero donde se pueden ir solventes, diésel o todo lo que arrastre el agua, generando contaminación dentro de la caverna”.
La obra, que prometía beneficiar a las comunidades mayas y fomentar el turismo, ha dejado de todo, menos beneficios ambientales y económicos.
¿El Tren Maya será un elefante blanco?
El impacto del Tren Maya no solo es ambiental, economistas advierten que podría convertirse en un “elefante blanco” debido a su altísimo costo y la falta de garantías sobre su rentabilidad.
“Se planteó con un costo de 125,819 millones de pesos, pero hoy la cifra supera los 500 mil millones. Los beneficios deben reproyectarse con la misma metodología con la que la Secretaría de Hacienda justificó el proyecto”, explicó Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tecnológico de Monterrey.
Según sus estimaciones, el Tren Maya necesitaría al menos 46 años para generar beneficios, siempre que opere a su máxima capacidad y sin considerar costos de mantenimiento.
Sumado a esto, el gasto en el tren ha sido monumental. Para dimensionarlo, su presupuesto es equivalente al de la UNAM durante 11 años. Y a pesar de la inversión, los beneficios podrían verse hasta dentro de 30 años.
Obras inconclusas y trenes casi vacíos: Así luce el Tren Maya
Durante un recorrido, se documentó que varias estaciones siguen en construcción a pesar de haberse inaugurado hace meses. A esto se suma la baja ocupación en las corridas del tren.
“Ahorita mayormente tenemos gente local y uno que otro extranjero, apenas un 2%. Hay poca publicidad del tren y muchas personas ni siquiera saben las rutas”, explicó un comerciante de la zona.
Para las comunidades mayas por donde pasa el Tren Maya, los beneficios han sido nulos. “No es tren y no es maya, porque no es para el pueblo maya. No cubre nuestras necesidades de movilidad ni de trabajo”, declaró Ángel Sulub, del Centro Comunitario Maya U Kúuchil k ch’i’ibalo’on.
Como si los problemas vinieran en paquete, los habitantes de la zona también denuncian que este megaproyecto no solo ha fallado en traer “bienestar”, sino que además está atrayendo al crimen organizado.