La Regla de los 9 de Wallace es un método sencillo y rápido para estimar la extensión de la superficie corporal total quemada (SCTQ) en adultos. El cuerpo se divide en secciones que representan el 9% de la superficie corporal, o un múltiplo de nueve.

La clasificación de las quemaduras, en cambio, se determina principalmente por su profundidad, aunque también se consideran la extensión y la localización para determinar la gravedad.

Regla de los 9 de Wallace

El método asigna los siguientes porcentajes a las diferentes áreas del cuerpo en adultos:

  • Cabeza y cuello: 9%
  • Cada miembro superior (brazo, antebrazo y mano): 9% (cada uno)
  • Tórax y abdomen (parte anterior del tronco): 18%
  • Espalda y glúteos (parte posterior del tronco): 18%
  • Cada miembro inferior (pierna, muslo y pie): 18% (cada uno)
  • Genitales (área del perineo): 1%

Clasificación de las quemaduras

Las quemaduras se clasifican según su profundidad en los siguientes grados:

Quemaduras de primer grado

  • Daño: Solo afectan la capa más externa de la piel (epidermis).
  • Síntomas: Enrojecimiento, dolor e hinchazón leve.
  • Ejemplo: Una quemadura solar leve.
  • Pronóstico: Se curan solas en unos pocos días, sin dejar cicatriz.

Quemaduras de segundo grado (espesor parcial)

  • Daño: Afectan la epidermis y la capa subyacente de la piel (dermis).
  • Síntomas: Ampollas, enrojecimiento intenso y dolor severo. La piel puede verse húmeda.
  • Pronóstico: La curación puede tardar semanas y puede dejar cicatrices.

Quemaduras de tercer grado (espesor total)

  • Daño: Destruyen las capas profundas de la piel, y a menudo el tejido graso, músculo o hueso subyacente.
  • Síntomas: La zona quemada puede parecer blanca, negra o carbonizada. A menudo hay poco o ningún dolor debido a la destrucción de las terminaciones nerviosas.
  • Pronóstico: Requieren atención médica especializada y, generalmente, cirugía de injerto de piel. Dejan cicatrices permanentes.

La Regla de los 9 se usa para determinar la extensión de la quemadura, lo que es crucial para la evaluación inicial y el tratamiento, especialmente para la reanimación con líquidos.

La clasificación por profundidad ayuda a entender la gravedad intrínseca de la lesión y el pronóstico de curación. Ambos factores, la extensión y la profundidad, se combinan para determinar la gravedad general de la quemadura y la necesidad de derivación a un centro especializado.