Plástico en el menú: La trágica confusión que pone en riesgo a las ballenas

El menú de las ballenas y de otros animales marinos se repite día con día, pero ¿cuál es la razón por la que los cetáceos corren el riesgo por ”alimentarse”?

Escrito por: Alejandra Gómez

El menú peligroso de las ballenas cómo el plástico engaña a los cetáceos
El menú peligroso de las ballenas cómo el plástico engaña a los cetáceos|IA

Las ballenas que bucean a grandes profundidades tienen que confiar en su propio sonar para encontrar comida en la oscuridad, ya que esa característica es el encargado de rebotar las ondas sonoras en las presas para revelar su ubicación, sin embargo, corren un gran riesgo al realizar la búsqueda de sus alimentos.

Para los cetáceos, la basura plástica que flota en el océano puede sonar como un gran manjar, de acuerdo con científicos, estos residuos tiene ecos muy parecidos a la de los calamares, como en su forma, tamaño, grado de erosión y composición química.

El plástico, el gran impostor de ecosistema

Los datos sobre la basura en los océanos no son certeros, pero es probable que millones de toneladas de plástico lleguen a los océanos del mundo cada año, acumulando decenas de billones de fragmentos plásticos.

De acuerdo un explorador y biólogo marino Matthew Savoca de National Geographic, ciertos animales parecen casi incapaces de no comer plástico en el océano, y reconoce que no es porque sean estúpidos, sino porque el plástico debe ser muy confuso en un montón de canales sensoriales diferentes.

Para muchos de los animales, como las tortugas marinas, las bolsas y películas de plástico que flotan en el agua pueden parecer simplemente similares a sus alimentos naturales como las medusas y calamares.

Otras investigaciones mencionan que los tiburones y peces también pueden confundir con el plástico a sus presas debido a las señales visuales de los residuos.

Así confunden las ballenas la basura con alimento

Las ballenas dentadas u otros odontecetos, que se profundizan, hacen vibrar los labios fonadores que tienen debajo de los espiráculos, es decir, donde respiran, para generar sonido, y luego proyectarlo por medio del órgano graso de la frente llamado melón.

Esto hace que cuando el sonido rebota entre los objetos en la oscuridad, las grasas de las mandíbulas inferiores de las ballenas las dirijan a sus oídos internos, permitiéndoles localizar presas a varios cientos de metros de distancia.

De acuerdo con los expertos, se desconoce si las ballenas dentadas que bucean a gran profundidad utilizan otros medios distintos al eco para distinguir su comida, sin embargo, la sensación plástica en la boca no es un factor para identificar que es basura y que no.

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