El proceso judicial más mediático de los últimos años en Colombia ha dado un giro definitivo: la jueza encargada del caso declaró que el expresidente de Colombia Álvaro Uribe cometió los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, por lo que le impuso prisión domiciliaria. Esta decisión se dio durante la lectura del veredicto del juicio iniciado en 2018, que mantuvo en tensión al país durante más de cinco años.
El juicio, que se extendió por 67 días, representa un hecho sin precedentes en la política colombiana reciente, no solo por tratarse de un expresidente, sino por el impacto que su figura tiene aún en la opinión pública y en el panorama político nacional.
¿Por qué sentenciaron al expresidente de Colombia?
Los orígenes del proceso se remontan a 2012, cuando Uribe acusó al entonces congresista Iván Cepeda de intentar vincularlo con la creación de un grupo paramilitar. Sin embargo, la Corte Suprema de Colombia no encontró mérito en los señalamientos contra Cepeda. Por el contrario, determinó que debía investigarse al expresidente Uribe por presuntamente manipular testigos en su contra.
La jueza del caso sostuvo que sí se configuraron los delitos imputados, específicamente el soborno de testigos y la utilización de esos testimonios dentro de un proceso judicial, lo cual se tipifica como fraude procesal.
¿Qué sigue para Álvaro Uribe?
Durante todo el juicio, Álvaro Uribe insistió en que era inocente. Desde el inicio de la investigación sostuvo su posición de no culpabilidad. A lo largo del proceso, reiteró que no había cometido irregularidad alguna, pese a los múltiples testimonios y pruebas presentadas durante las audiencias.
En lectura de la sentencia se determinó que el expresidente deberá permanecer en prisión domiciliaria y se espera que en los próximos días se conozcan las medidas exactas que adoptará el tribunal respecto a otras sanciones. También se aguarda una posible apelación por parte de la defensa del exmandatario.