El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha convertido un tweet en un delito y a una ciudadana, Carla María Estrella, en el blanco de una infamia jurídica. Su “pecado": señalar en la plataforma X un posible caso de influyentismo y opinar que la diputada plurinominal Diana Karina Barreras llegó a su cargo por ser esposa de Sergio Gutiérrez Luna, un poderoso morenista. Por esto, debe disculparse durante 30 días, pagar una multa y ser inscrita como “violentadora” en un registro oficial.
La denuncia por violencia política de género se está usando para silenciar voces incómodas
El Tribunal Electoral consideró que criticar un posible caso de nepotismo era violencia simbólica, psicológica y mediática. ¿Es un delito?
Esta figura legal, diseñada para proteger a las mujeres en el ámbito político de agresiones que busquen menoscabar su participación o desempeño; sin embargo, en las últimas semanas la preocupación se centra en una posible instrumentalización de esta figura legal. Diversos casos recientes virales en redes sociales y señalados por organizaciones defensoras de la libertad de expresión, sugieren que se está utilizando para silenciar voces críticas y disidentes, afectando directamente la labor informativa.
Barreras, “ofendida”, exigió su sumisión y el tribunal le dio un escudo para proteger su ego, no a las mujeres. Carla, amenazada con sanciones, publicó disculpas a “Gato Protegido”, el alias orgánico de Barreras. Pero cuando tocó aceptarlas, la diputada se escondió.
¡Valiente que valiente! Sí, la censura es fácil. Asumir el abuso del poder no tanto. Aparte de censores cobardes, este caso no es solo sobre esto; es sobre un sistema que usa la violencia de género para callar críticas al nepotismo. Cada disculpa de Carla es un recordatorio de esto; cada tweet de apoyo, un acto de resistencia.
Cuando los poderosos usan las instituciones para proteger su ego y no a la ciudadanía, no solo está en riesgo la libertad de expresión, es la democracia misma. Pero es así, en Palacio Nacional dicen que en México no hay censura.