Cada hora, en México, se comete al menos un robo al autotransporte de carga, y aunque las cifras oficiales afirman que este delito ha disminuido, los operadores tienen una realidad completamente distinta: la de sobrevivir a cada viaje como si fuera el último.

En un recorrido por la Autopista México-Puebla, uno de los tramos más peligrosos del país, operadores como Roberto comparten el miedo con el que salen a trabajar: “Está bastante fea la situación. Ya todas las carreteras están inseguras… bajas con temor de que te vayan a lastimar.”

Este sentimiento lo comparten cientos de conductores que circulan por otras rutas peligrosas como la México-Querétaro, el Arco Norte y la conexión con el estado de Puebla. Andrés, otro transportista, lo resume en una frase demoledora: “¿Cómo te cuidas? No puedes hacer nada. Estás solo, no hay vigilancia.”

La estrategia “Cero Robos” y la versión oficial que nadie cree

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum asegura que hay una estrategia nacional llamada “Cero Robos” para reforzar la seguridad en carreteras y que los atracos disminuyeron un 22% en el primer semestre del año, operadores como Isidro Domínguez desmienten esa versión sin rodeos: “Eso es mentira, es una vil mentira. Ayer en la mañana en el tramo Salamanca-Celaya se robaron un camión a plena luz del día.”

Las historias se repiten: golpes, bloqueos utilizados como trampas, extorsión de autoridades, y la sensación de abandono por parte de quienes deberían protegerlos.

Tramos carreteros más peligrosos: una lista que sigue creciendo

Según los testimonios recogidos, los puntos más peligrosos para los transportistas hoy son:

  • Autopista México-Puebla
  • México-Querétaro y su conexión con el Arco Norte
  • Tramos de Salamanca-Celaya
  • Zona de La Esperanza, en Puebla

Ahí, operadores como Erick relatan lo que vivieron: “En un tope nada más… golpes, y se llevaron el camión, tus cosas, tus pertenencias.”

Operadores de transportes de carga piden apoyo real, no discursos

Más allá de promesas, los operadores solo piden algo básico: seguridad real. Exigen a la Guardia Nacional que cumpla su función de proteger y no se convierta en otro actor más de extorsión.

“Que nos apoyen, no que nos extorsionen”, reclama nuevamente Isidro. Mientras no se actúe, los robos seguirán ocurriendo cada hora, y quienes manejan estos vehículos seguirán saliendo a trabajar con miedo… y sin garantías de regresar.