Han pasado ya 30 días desde que Fuerza Civil tomó el control de la Policía Municipal en Linares, Nuevo León, tras una serie de hechos violentos que sacudieron al municipio. Sin embargo, los habitantes siguen viviendo con miedo e incertidumbre, sin una fecha clara para el regreso de la corporación local.
Seguridad reforzada, pero el temor sigue en Linares
La intervención se dio después del asesinato del secretario del ayuntamiento, Juan Pulido, ocurrido el pasado 7 de junio, y las posteriores detenciones del exdirector de la Policía, Ernesto “N”, y del coordinador Francisco “N”, por su presunta participación en la desaparición de Juan José Padrón.
Mientras que el pasado 25 de junio, un juez calificó como suficientes las pruebas presentadas por la Fiscalía General de Justicia del estado para vincular a proceso al juez calificador Alexis “N”, funcionario adscrito a la Dirección de Seguridad Pública municipal, por su probable participación en el delito de desaparición forzada de persona.
Desde entonces, elementos de Fuerza Civil patrullan las calles, pero los ciudadanos aún no recuperan la confianza. Uno de los vecinos lo resume así: “Sí hay vigilancia, pero los casos siguen pasando. No sabemos con qué nos vamos a topar al salir de casa, sobre todo los que trabajamos de madrugada.”
No hay fecha para que la Policía Municipal retome funciones en Linares
Hasta ahora, ni el gobierno estatal ni el municipal han dado una fecha concreta para que la policía local vuelva a operar. El alcalde de Linares, Gerardo Guzmán González, agradeció la intervención de los tres niveles de gobierno, pero admitió que la situación aún es delicada.
El gobierno del estado ha señalado que se trata de una medida temporal para fortalecer la seguridad y la disciplina dentro del cuerpo policiaco, pero la falta de claridad genera aún más incertidumbre entre la población.
Linares intenta recuperar la calma tras los escándalos
La desconfianza ciudadana es comprensible: un secretario ejecutado, mandos policiacos detenidos por desaparición forzada, y una corporación desmantelada temporalmente, son heridas difíciles de sanar. Aunque la presencia de Fuerza Civil es visible, los habitantes quieren respuestas, justicia y una solución definitiva.
Mientras tanto, el municipio sigue operando bajo vigilancia estatal, a la espera de que las autoridades locales puedan recuperar el control… y la confianza de su gente.