Torres de Potrero: Escaleras al cielo o al abismo de la expansión urbana en CDMX
El reto que viven los habitantes de Torres de Potrero es casi inimaginable luego de ver los cientos de escaleras que deben subir para llegar a sus hogares.
Las laderas y barrancas que alguna vez parecían estar a las alturas de las nubes, hoy son un reflejo de la imparable expansión urbana de la Ciudad de México. En la Alcaldía Álvaro Obregón, la zona conocida como Torres de Potrero ha sido invadida por la mancha urbana , convirtiéndose en un caos de viviendas empotradas sobre taludes y escaleras empinadas, como las de una pirámide.
¿Cuántas personas viven en Torres de Potrero?
En este lugar viven aproximadamente 12 mil personas, muchas de ellas luchando diariamente con los empinados caminos para llegar a sus casas, situadas en las alturas de los cerros. Desde lo alto, la vista es dominada por las paredes grises, los tinacos que sobresalen de los techos, la maraña de cables y los tendederos que cuelgan por doquier. A lo lejos, sobre la Barranca Texcalatlaco , la invasión urbana ha ido desapareciendo los cerros que alguna vez dominaron el paisaje.
¿Cómo es vivir en Torres de Potrero?
La única salida es la Avenida Morelos, que serpentea por el cerro, pero para muchos, como Marta, vecina de Torres de Potrero, la subida diaria se ha vuelto una tarea agotadora. “Yo tengo un problema de ansiedad y me canso mucho por el corazón”, comparte. A pesar de los desafíos, Marta es una de las miles de personas que enfrentan cada día las difíciles condiciones para llegar a su hogar.
Uno de los puntos más críticos de la zona es el llamado “Mirador”, un conjunto de escaleras tan empinadas que parecen un desafío monumental para quienes se atreven a subirlas. Estas escaleras son una de las principales rutas de acceso para los residentes, aunque a veces, la situación se complica aún más en caso de emergencia. Una vecina relata con preocupación que, “como ve, para subir aquí sí está complicado para alguien que esté enfermo o cargando, no hay otra forma”.
Viviendas establecidas en barrancas y otros peligros
Además de las escaleras, hay viviendas encajonadas en las barrancas, accesibles solo a través de angostos andadores que suben o bajan por 134 escalones. La dificultad de estas rutas se intensifica en días de lluvia, cuando la tierra se vuelve más resbaladiza, lo que hace que cualquier tipo de evacuación sea casi imposible.
En el puente que conecta la barranca, una frase escrita en letras grandes dice: “Sé feliz”, una ironía que parece desafiar a los que deben transitar por este difícil y accidentado terreno, donde una “pantera”, una especie de estructura, da la bienvenida y despedida a los vecinos, como si el mismo barrio tuviera que despedir y recibir a cada residente con una prueba de resistencia diaria.
El contraste entre la belleza natural de las barrancas y la invasión urbana es cada vez más evidente en Torres de Potrero. La expansión desmedida de la Ciudad de México ha llegado hasta estos rincones, poniendo a prueba la resistencia de quienes viven aquí y dejando al descubierto la falta de infraestructura adecuada para una población que sigue creciendo en el corazón de la capital del país.