“Me tocó ir al tianguis El Salado... si no, a mí me hubiera tocado aquí". Con estas palabras, Raúl Moctezuma, un hombre en situación de calle que había hecho del bajo puente de La Concordia su hogar, narra el giro del destino que le salvó la vida el día del trágico flamazo de la pipa de gas en Iztapalapa.

Mientras él trabajaba en un puesto de tacos, el lugar donde dormía y convivía con sus amigos se convirtió en un infierno que ya ha cobrado la vida de 31 personas.

Hoy, en medio del luto por la pérdida de al menos 12 de sus amigos en la tragedia, Raúl comparte su historia de supervivencia y el dolor de ya no tener con quién compartir la comida.

Vivía en el Puente de la Concordia: El “milagro” de un puesto de tacos

El milagro de Raúl es claro. Aquel 10 de septiembre no permaneció en el bajo puente como otros días, pues le tocó ayudar en un puesto de tacos ubicado en el tianguis El Salado. “Si no, a mí me hubiera tocado la explosión aquí", afirma con la certeza de quien se sabe un sobreviviente, en especial si voltea a su alrededor.

Hombre en situación de calle perdió a sus amigos tras el flamazo en Iztapalapa

Más allá del alivio de haber sobrevivido, el corazón de Raúl está lleno de tristeza. Bajo ese puente no solo dormía, sino que había forjado una comunidad. “Varios amigos míos quedaron aquí, fueron como 10, como 12 amigos”, relata con pesar.

Recuerda con nostalgia la solidaridad que compartían, una hermandad forjada en la precariedad. “Pues más que nada comíamos juntos. Lo que comían ellos, comía yo”, cuenta. “Luego llegaba mi amigo y [decía] ‘dentro, vamos a comer’. Ya comprábamos algo de la tienda, cualquier cosa, pero siempre convivíamos juntos”.

Ahora, la soledad lo golpea en los momentos más cotidianos. “Siento tristeza... luego estoy comiendo y me acuerdo de ellos, que comíamos diario juntos”, confiesa.

La tragedia de La Concordia: Una herida abierta en Iztapalapa

El testimonio de Raúl es una de las muchas historias humanas detrás de la tragedia del 10 de septiembre. La explosión, causada por la volcadura de una pipa de gas que, según los peritajes de la Fiscalía, circulaba a exceso de velocidad, ha dejado hasta ahora un saldo de 31 personas fallecidas y 94 lesionadas, con 22 de ellas aún en estado crítico.

Entre las víctimas se encuentran historias que han conmovido a todo el país, como la del joven médico Óscar Uriel García, la de la abuelita Alicia Matías que murió protegiendo a su nieta, y la de los estudiantes del IPN: Jovani Martínez, quien lucha por su vida con el 99% del cuerpo quemado, y Juan Carlos Sánchez Blas, quien falleció en el lugar.

La historia de Raúl Moctezuma es la cara de la supervivencia, pero también el reflejo del profundo dolor que esta tragedia ha dejado en el corazón de Iztapalapa.