El papa Francisco acudió a una cárcel femenina para hacer el lavado de pieza a 12 mujeres en el Jueves Santo, en una de las ceremonias características de la Semana Santa.
El pontífice de 87 años de edad se trasladó a la prisión de Rebibbia, a las afueras de Roma, Italia, para ofrecer una misa ante las mujeres reclusas, guardias, capellanes y otros funcionarios.
¿Qué hizo el papa Francisco en el lavado de pies en Jueves Santo?
Desde una silla de ruedas, el líder de la iglesia Católica lavó y besó el pie derecho de 12 mujeres sentadas en una grada. Varias de las reclusas eran extranjeras y algunas de ellas lloraron durante la ceremonia.
El papa Francisco es el primero que realiza esta ceremonia de lavado de pies fuera de las iglesias. En su pontificado lo ha hecho en prisiones, residencias de ancianos o en hospicios, una tradición que practicaba cuando fue arzobispo en Buenos Aires, Argentina, de donde es originario.
“Cada uno de ustedes tiene su propia historia, pero el Señor nos escucha con los brazos abiertos y nunca se cansa de perdonar”, mencionó en su mensaje.
El también jefe del Estado Vaticano, quien recientemente ha dado menos discursos debido al cansancio provocado por los ataques de bronquitis y gripe, parecía en forma. Cuando llegó a la prisión, un ayudante empujó su silla de ruedas entre la pequeña multitud y muchos reclusos se abalanzaron para tocarle.
Francisco permaneció de pie durante parte de la misa y luego, sentado, saludó a las presas y a un niño de tres años que vive allí con su madre reclusa.
¿Qué significa el lavado de pies en Jueves Santo?
El ritual del lavado de pies en Jueves Santo recuerda el momento cuando Jesús lavó los píes de sus apóstoles durante la Última Cena. En ese entonces, las personas usaban sandalias, razón por la cual el polvo se pegaba a los pies. Por este motivo, los judíos ofrecían un recipiente con agua para refrescar los pies a sus visitantes.
El lavado de pies era hecho por uno de los sirvientes de la casa. Sin embargo, Jesús hizo este lavatorio a sus discípulos, con el fin de enseñar a servir a los demás, explica el semanario católico Desde la Fe.
