En Ciudad Juárez, Chihuahua donde el consumo promedio mensual de agua en una vivienda de clase media ronda los 300 pesos, Don Rodolfo Limas, un adulto mayor jubilado, enfrenta una verdadera pesadilla: le llegó un recibo de agua por 111,479 pesos. Y no, no tiene una alberca olímpica ni lava coches como si no hubiera mañana; apenas sobrevive con su pensión y usa el agua para lavar, para el baño… y para bañarse solo una vez a la semana, debido a la sequía.
El susto que llegó en forma de recibo
Don Rodolfo vive en una calle sin pavimentar y en una casa modesta. Al ver el monto de su recibo, pensó que se trataba de un error de impresión. “Siempre me llegaba como de 140 o 160 pesos”, dice, mostrando boletas pasadas como prueba de su austeridad. Pero esta vez, su consumo fue equivalente al de un parque acuático en plena temporada alta.
Según la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), el disparo en el consumo se debe a una supuesta fuga de agua afuera de su casa. Para variar, ni las autoridades estatales, ni municipales acudieron a repararla, Don Rodolfo, responsable como pocos, reparó la avería. Sin embargo, el cobro sigue intacto: un módico ajuste a la baja de 111 mil a 50 mil pesos. Un descuento “generoso” si consideramos que el afectado apenas sobrevive con su retiro. “¿Y si tiene para pagar los 50 mil pesos?” — “No, pues no tengo…”, dijo a los micrófonos de Fuerza Informativa Azteca (FIA).
Reynaldo Lara, reportero de FIA, acudió con Don Rodolfo hasta las oficinas de la JMAS. Allí, no hubo entrevistas, pero sí una promesa: que la próxima lectura del medidor aclarará todo. Mientras tanto, Don Rodolfo vive con el temor de que le corten el agua por no pagar algo que, según él, ni usó.
El costo del agua y la falta de sentido común
Más allá de lo anecdótico, este caso refleja un problema de fondo: la falta de sensibilidad y claridad en el cobro de servicios básicos, especialmente cuando afecta a adultos mayores sin recursos. ¿Dónde quedó el sentido común? ¿O es que ahora hay que firmar pagarés para bañarse?