¿Te imaginas ir a un lugar remoto para perderte en tus pensamientos? Muchos piensan en una cabaña en un bosque, pero también existe una isla en el Atlántico que está alejada de la civilización.
Se trata de Tristán de Acuña, una zona que es tan remota, que no cuenta con un aeropuerto, con lo cual tan sólo el llegar allá es una verdadera travesía. No obstante, no todos pueden entrar.
¿Por qué a Tristán de Acuña sólo se puede entrar con invitación?
Tristán de Acuña, conocida como la isla habitada más remota del mundo, es un archipiélago británico situado en el medio del Atlántico Sur, a 3 mil 360 km de Sudamérica y 2 mil 816 km de Sudáfrica.
Esto se debe a su ubicación aislada y a su geografía montañosa, que incluye acantilados de más de 600 metros de altura. Además, no cuenta con aeropuerto, por lo cual hay que navegar en velero por 18 días desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica. La llegada a la isla está restringida principalmente a residentes y personas con invitaciones especiales.
Y es que el Consejo de la Isla debe aprobar a las personas que ingresen, sobre todo a quienes quieran mudarse para vivir en dicha zona de forma permanente. La mayoría de quienes quieren irse a vivir allá suelen ser rechazados.
¿Cuántas personas viven en la exclusiva isla?
La población de Tristán de Acuña es pequeña y está compuesta por aproximadamente 236 habitantes. Estos residen principalmente en Edimburgo de los Siete Mares, la única localidad habitada del archipiélago.
La comunidad es unida y se caracteriza por un estilo de vida basado en la agricultura, la pesca y la recolección de recursos naturales. A pesar de su aislamiento, los habitantes disfrutan de una vida comunitaria activa, donde todos colaboran para mantener el suministro de alimentos y otros recursos esenciales.
¿Qué idioma se habla en la isla Tristán de Acuña?
El idioma principal hablado en Tristán de Acuña es el inglés, dado que la isla es una dependencia de la Gran Bretaña. Sin embargo, debido al origen diverso de sus habitantes, se pueden escuchar influencias lingüísticas de otros idiomas como el portugués y el afrikáans, una versión del neerlandés que se habla en Sudáfrica.
La población es predominantemente angloparlante, lo que facilita las interacciones tanto internas como con el mundo exterior. A pesar de su lejanía, los residentes mantienen una conexión con sus raíces culturales y tradiciones, lo que se refleja en su forma de vida cotidiana.