Papa León XIV reabre residencia que Francisco no usó; el Castel Gandolfo con piscina y cancha de pádel

El sonido de las audiencias generales de los miércoles se silenciará en julio en el Vaticano, pero una tradición centenaria volverá a resonar a orillas del Lago Albano. La Villa Pontificia de Castel Gandolfo, la histórica residencia de verano de los papas que Francisco convirtió en museo, reabre sus puertas.

El nuevo pontífice, León XIV, ha decidido romper con la decisión de su predecesor y pasará allí parte del verano, una noticia que los habitantes de la región celebran con júbilo.

Durante más de una década, el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, con sus opulentos salones y el departamento donde murió San Pablo VI en 1978, se transformó en un destino para turistas.

Francisco, el papa que nunca tomó vacaciones, renunció a la lujosa propiedad de 55 hectáreas. Pero tras su fallecimiento el pasado 21 de abril, León XIV ha optado por un regreso a las costumbres. Eso sí, con un matiz: el palacio principal seguirá siendo un museo público.

El nuevo Papa residirá en la cercana Villa Barberini, un edificio dentro del complejo que antiguamente alojaba al Secretario de Estado.

La reapertura de la villa viene acompañada de adaptaciones. En la zona de la piscina, construida por el atlético Juan Pablo II para aliviar sus dolores de espalda, se ha proyectado la construcción de una cancha de pádel. Se trata del primer pontífice abiertamente deportista.

Un comunicado oficial de la Prefectura de la Casa Pontificia, difundido este martes, ha detallado la agenda del pontífice. León XIV se trasladará a Castel Gandolfo en la tarde del domingo 6 de julio.

Durante su estancia, celebrará misas en la parroquia local y en la Catedral de Albano, y recitará el Ángelus dominical desde la Piazza della Libertà, devolviendo al pueblo la presencia papal veraniega. Las audiencias generales de los miércoles quedarán suspendidas hasta el 30 de julio.