“Yo viví en el infierno, en la tierra, para mí". Con esas palabras, Lalo, un joven de 16 años, intenta describir la pesadilla que se desató el 10 de septiembre en el puente de la Concordia, durante la explosión de una pipa en Iztapalapa, donde la explosión de una pipa de gas lo alcanzó a escasos metros. Un instante que congeló el tiempo y se grabó en su memoria como el retrato del mismísimo infierno.

Lalo y su hermano trabajaban muy cerca del sitio, lo que los puso en el camino de la tragedia. La flama, violenta y rápida, lo alcanzó a pesar de la distancia. “Ya me estoy quemando, me estoy quemando”, pensó mientras sentía el ardor en su piel.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Quiénes son los fallecidos tras la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa y qué hacían ahí?

Pese a sus quemaduras, Lalo, ayudó a víctimas tras la explosión de una pipa en Iztapalapa

El joven sufrió quemaduras en un brazo y en su oreja, pero el instinto de ayudar fue más fuerte que el dolor. En lugar de huir, se convirtió en un héroe anónimo en medio del caos. Vio a un hombre cuyo auto no tuvo tiempo de subir las ventanillas y cuyos brazos ardían. Sin pensarlo, corrió a socorrerlo. Luego, ayudó a otro, arrancándole la camisa que se le pegaba a la piel y que seguía en llamas.

Aunque sus heridas no ameritaron hospitalización, sus cicatrices físicas y emocionales perdurarán. Con el corazón en la mano, Lalo regresó al lugar del accidente, no para lamentarse, sino para encender una veladora en honor a la vida.

TE PUEDE INTERESAR: Tragedia en Iztapalapa: La cifra de muertos sube a 21 por explosión de una pipa de gas

Su vida, que estuvo a punto de terminar, pero que hoy valora como un regalo. “Viví para contarlo”, dice con una convicción que solo la cercanía con la muerte puede otorgar. Su mensaje es claro y lleno de esperanza para aquellos que aún luchan en los hospitales: “échenle ganas, todo se puede”.

Lalo no figura en ninguna lista oficial de lesionados, pero su testimonio es un recordatorio de que la magnitud de la tragedia no solo se mide en cifras, sino en las historias de aquellos que, como él, enfrentaron el peligro y se levantaron para ofrecer una mano, dejando una huella imborrable de valentía y solidaridad en medio de la adversidad.