La ciudad de Chicago, gobernada por demócratas y un foco de recientes medidas de seguridad nacional contra migrantes, fue escenario de dos tiroteos en rápida sucesión que dejaron un saldo trágico.

Cerca de North State Street, siete adolescentes resultaron heridos mientras cientos de jóvenes se congregaban tras el encendido del árbol navideño. Los testigos mencionaron que los disparos fueron confundidos inicialmente con fuegos artificiales.

Horas más tarde, otra ceremonia de iluminación, esta vez en South Dearborn Street, terminó en tragedia. Un adolescente murió y un hombre resultó herido de gravedad, empañando la celebración de varias familias.

Tiroteos en Carolina del Norte

A más de mil 100 kilómetros de distancia, la violencia se repitió en Concord, Carolina del Norte. Durante la ceremonia de iluminación del árbol navideño, cuatro personas fueron heridas de bala. Tres de ellas fueron trasladadas a un hospital en estado crítico, mientras que la cuarta persona se encontraba estable.

Las autoridades lograron identificar a tres sospechosos relacionados con este ataque, incluyendo un menor de edad que ya fue arrestado. El evento fue cancelado inmediatamente tras el incidente.

Estados Unidos y los tiroteos

Los tiroteos de este fin de semana vuelven a poner de manifiesto la realidad de la violencia armada en Estados Unidos, que transforma momentos de alegría comunitaria en escenas de caos y miedo.

Las autoridades de ambas ciudades anunciaron que reforzarán la seguridad en próximos eventos festivos, mientras que las investigaciones continúan para identificar a todos los responsables.

La policía apeló a la colaboración de la comunidad para aportar cualquier evidencia que ayude a esclarecer los crímenes, mientras la sociedad expresa su desesperación: “Realmente desearía que pudiéramos salir y pasar un buen rato y no tener que preocuparnos por este tipo de cosas”.

Operativos en Chicago

A pesar de la gran cantidad de personal de seguridad en Chicago, como el ICE, tragedias como estas continúan sucediendo de manera frecuente en todo Estados Unidos, haya o no demasiada seguridad.

La administración Trump redefinió la migración en condiciones irregulares como un problema de seguridad nacional, más que un asunto laboral o humanitario.

En ciudades como Chicago, esta postura se traduce en una estrategia de aplicación de la ley migratoria con un enfoque particular en la remoción de inmigrantes indocumentados, a menudo con poca o ninguna revisión de sus casos.

Según reportes, ICE actúa con pocos límites, transportando a detenidos a centros en Luisiana y Texas, lejos de sus familias y representación legal. Exdirectores de ICE señalaron que el propósito principal de estas tácticas no es hacer que la comunidad sea más segura, sino “crear miedo” entre quienes se encuentran al margen de las leyes migratorias.

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