Crisis de drogas en Estados Unidos crece mientras la DEA mira al extranjero
Crece la alarma por el auge del fentanilo y los narcotraficantes en Estados Unidos, mientras la nueva estrategia de la DEA se enfoca en los cárteles mexicanos.
En 2025, Estados Unidos enfrenta una de las etapas más críticas en su lucha contra las drogas. A pesar de la retórica oficial y los programas internacionales, el consumo de opioides sintéticos, en particular el fentanilo, ha generado una crisis humanitaria y de salud pública que se agrava cada día en ciudades y zonas rurales del país.
La reciente nominación de Terrance Cole como nuevo administrador de la DEA ha puesto en el centro del debate la utilidad entre las políticas públicas. Mientras se multiplican los casos de intoxicación y muerte por consumo de estupefacientes dentro del país, la estrategia oficial insiste en enfocar esfuerzos en operaciones de inteligencia fuera del territorio estadounidense.
¿Dónde surgió la crisis del fentanilo?
Un ejemplo desgarrador de esta crisis ocurrió en Alabama. La cámara corporal de un sheriff captó el momento en que una niña de tres años colapsó tras ingerir pastillas de fentanilo que su madre había adquirido legalmente en una farmacia CVS en Birmingham. Gracias a la rápida actuación del oficial, la menor logró sobrevivir, pero no todos corren con la misma suerte.
Este caso refleja la gravedad del acceso a drogas sintéticas incluso a través de canales formales, y pone en evidencia cómo la epidemia de opioides ya no está vinculada únicamente al crimen organizado, sino también a la distribución legal y al consumo doméstico.
Tráfico local de fentanilo se expande en las calles de Estados Unidos
En el estado de Washington, fiscales federales han advertido que los narcotraficantes están reclutando distribuidores locales, en una red cada vez más arraigada dentro del tejido social estadounidense. En consecuencia, recientes operativos derivaron en decenas de arrestos, y según el fiscal Richard Allen Pierce: “Son sus amigos y sus vecinos quienes están usando drogas”.
Estas afirmaciones reflejan una realidad compleja: el narcotráfico ya no es solo una amenaza externa, sino un fenómeno profundamente enraizado en las comunidades del país.
La DEA propone vigilar a los cárteles en lugar de atacar el problema local
A pesar de este panorama interno, la DEA, bajo el liderazgo de Terrance Cole, ha insistido en redirigir sus esfuerzos al extranjero. En su presentación ante el Senado, Cole propuso establecer un programa de vigilancia de comunicaciones compartido entre México y Estados Unidos, inspirado en la estrategia usada en Colombia décadas atrás.
El plan contempla el uso de inteligencia artificial para interceptar comunicaciones de cárteles de la droga y detectar:
- Redes jerárquicas y operadores clave
- Laboratorios y rutas de distribución
- Actividades de lavado de dinero y soborno
- Planes de violencia e intimidación
No obstante, para que este sistema funcione, se requerirá la aprobación judicial del gobierno mexicano y la colaboración con autoridades de justicia estadounidenses.
¿Priorizar el combate de drogas fuera de EU es la solución?
La apuesta de la DEA por reforzar operaciones fuera del país ha sido criticada por activistas y expertos, quienes insisten en que la prioridad debe estar en frenar la crisis de adicción y tráfico interno. La realidad es que, mientras se despliegan recursos fuera de Estados Unidos, las muertes por sobredosis siguen creciendo dentro de sus fronteras.