Una práctica en extinción: Hilaria, la última partera maya en Ignacio Zaragoza, Quintana Roo

Al norte de Quintana Roo, vive Doña Hilaria, una mujer maya de más de 80 años que se ha convertido en un símbolo de sabiduría ancestral , haciéndola merecedora de gran respeto y admiración por ser la última partera en el poblado de Ignacio Zaragoza.

Su rostro, marcado por los años y la experiencia, refleja la profunda conexión que tiene con la tierra, la naturaleza y las tradiciones que han sido transmitidas de generación en generación, a pesar de que a raíz de los años, la práctica ancestral de la partería se ha ido perdiendo.

Hace varias décadas, la figura de la partera era esencial en las comunidades mayas de Quintana Roo, especialmente en las zonas rurales donde las mujeres embarazadas estaban lejos de las ciudades y hospitales.

Las parteras , como Doña Hilaria, eran las únicas encargadas de asistir en los partos, utilizando métodos naturales que han sido perfeccionados a lo largo de los siglos, especialmente en comunidades alejadas como la de Ignacio Zaragoza, perteneciente al municipio de Lázaro Cárdenas.

“Si soy partera de acá, lo saben, no es necesario que lo cuente, ellos lo saben”, comenta Doña Hilaria con una sonrisa en el rostro, destacando la confianza que la comunidad tiene en su trabajo.

Como parte de una importante labor a la hora de recibir una nueva vida al mundo, doña Hilaria sabe que al ser la última partera en el poblado, carga con toda una tradición cultural invaluable, que podría verse en extinción debido al poco interés que se tiene de aprender esta sabiduría ancestral.

A lo largo de su vida, Doña Hilaria ha aprendido a reconocer las señales del cuerpo de las mujeres embarazadas y a preparar infusiones naturales para aliviar el dolor del parto .

Las hojas de naranja y el toronjil son algunos de los ingredientes que utiliza en sus preparaciones, siempre confiando en el conocimiento transmitido por sus antepasados. “No tiene dolor fuerte, nomás poco”, dice, refiriéndose a cómo las infusiones ayudan a las parturientas a calmar el dolor y a sentirse más cómodas durante el proceso.

Con el paso del tiempo, las prácticas tradicionales de las parteras han ido quedando en el olvido, especialmente con los avances de la medicina moderna. Sin embargo, Doña Hilaria ha logrado mantenerse vigente gracias al apoyo de médicos que han reconocido su labor y le han brindado herramientas y capacitación para integrar nuevos conocimientos a sus prácticas.

Aunque la medicina moderna ha mejorado la atención durante el embarazo y el parto, la sabiduría ancestral de las parteras sigue siendo un valor cultural incalculable en las comunidades rurales.