Los gatos pueden ser uno de los animales más venerados en la historia humana: desde jeroglíficos en antiguas culturas, leyendas sobre ellos, hasta los memes y dibujos que inundan las redes sociales hoy en día. Pero ¿te imaginas por qué en ciertas regiones hay hasta islas llenas de ellos?
La explicación radica en tradiciones arraigadas, historias antiguas y la convivencia diaria que ha hecho de los felinos parte esencial del paisaje cultural y social en estas naciones.

Tradición y simbolismo felino en Japón y Turquía
En Japón, los gatos no solo forman parte del entorno cotidiano, sino que tienen un lugar destacado en la historia y en la simbología nacional. Desde el período Edo (años 1603 hasta 1868), existen registros que evidencian la presencia de gatos y su importancia. Fueron considerados símbolos de amor, serenidad y buena fortuna, como por ejemplo el popular Maneki-neko, que da la bienvenida a las personas en templos y locales al mover una mano.
La famosa isla Aoshima, conocida como la “Isla de los gatos”, ejemplifica esta relación cercana entre humanos y gatos, donde estos animales superan en número a las personas y disfrutan de un cuidado especial.
Por otro lado, Turquía, especialmente en su capital, Estambul, los gatos son parte integral de la vida urbana y cultural. Estambul alberga una gran población felina, estimada en más de 160 mil gatos callejeros, según el alcalde de la capital ruca reveló en 2018, valorados no solo por su compañía sino también por su protección en la ley y su respeto en la sociedad debido a influencias religiosas y tradicionales.
La ciudad se enorgullece de ser uno de los lugares con los gatos callejeros más amigables del mundo, presentes en calles, mercados y mezquitas.

La herencia milenaria de los gatos en Italia y Grecia
En Italia, particularmente en Roma, los gatos forman parte de la identidad urbana desde tiempos inmemoriales. Los gatos ambulantes habitan sitios arqueológicos icónicos, como el Coliseo Romano. Incluso, los grupos de cinco o más felinos con considerados como colinas que merecen de protección, de acuerdo con las leyes locales.
Asimismo, en Grecia, la relación con los gatos viene desde la antigüedad, influenciada por su encuentro con Egipto. Aunque inicialmente los egipcios protegían celosamente a los gatos, los griegos lograron introducirlos en su territorio, apreciándolos por su papel cazador y su carácter más dócil y refinado en comparación con otros animales. Actualmente, los habitantes les brindan alimentos y aunque hay intentos por esterilizarlos, ello no es suficiente, porque la población felina sigue creciendo.