Antes de la carta manuscrita en la que “El Chapo” Guzmán implora a un juez por acceso a su abogado, existe el lugar que la motivó: la Penitenciaría Administrativa de Máxima Seguridad (ADX) Florence, en Colorado. Este no es solo un centro de reclusión; es una fortaleza de concreto y silencio diseñada para borrar del mundo a los criminales más peligrosos de Estados Unidos.

También conocida como la “Alcatraz de las Montañas Rocosas”, es desde este infierno de aislamiento donde Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fuera el todopoderoso líder del Cártel de Sinaloa, ha enviado su más reciente señal de vida, con puño y letra.

La carta, una mezcla de respeto formal y desesperación, no puede entenderse sin conocer la realidad de su confinamiento: un régimen de aniquilación psicológica donde cada detalle está diseñado para el control absoluto y el aislamiento total.

ADX Florence, también conocida como “Supermax” o “Alcatraz de las Montañas Rocosas” es donde está preso y casi incomunicado “El Chapo” Guzmán y Genaro García Luna
ADX Florence, también conocida como Supermax o Alcatraz de las Montañas Rocosas es donde está preso y casi incomunicado El Chapo Guzmán y Genaro García Luna | Foto: Getty Images

23 Horas al día en una tumba de concreto: La celda de ADX Florence “Supermax”

La celda de “El Chapo” es el epicentro de su aislamiento. Durante 23 horas al día, vive en un espacio de aproximadamente 2 por 3 metros, construido con concreto reforzado e insonorizado para impedir cualquier comunicación. Los muebles son inamovibles, también de concreto: una losa que sirve de cama, un pequeño escritorio y un taburete, todos fijos al suelo para evitar que sean utilizados como armas o herramientas de escape.

La única ventana es una rendija de 10 centímetros de ancho, diseñada para que solo pueda ver un fragmento del cielo y el techo del edificio, nunca el horizonte ni la disposición de la prisión. Esta privación sensorial es una estrategia deliberada para desorientar y anular psicológicamente al recluso.

Durante 23 horas al día, “El Chapo” Guzmán vive en un espacio de aproximadamente 2 por 3 metros, construido con concreto reforzado e insonorizado en la ADX Florence; justo como esta
Durante 23 horas al día, “El Chapo” Guzmán vive en un espacio de aproximadamente 2 por 3 metros, construido con concreto reforzado e insonorizado en la ADX Florence; justo como esta | Foto: Getty Images

La rutina de aislamiento de Joaquín Guzmán Loera

Cuando Guzmán Loera sale de su celda, lo hace encadenado. Grilletes en las piernas, esposas y cadenas en la cintura son el protocolo estándar, siempre escoltado por al menos dos guardias a través de pasillos con 14 mil 400 puertas de acero controladas remotamente.

Reportes desde Estados Unidos señalan que la hora de ejercicio semanal no es en un patio, sino en una jaula o una celda interior, donde permanece encadenado todo el tiempo, solo. La comida llega a través de una ranura en la puerta de acero, en bandejas con alimentos descritos como rancios y sin sazonar.

La batalla por la comunicación: Esto originó la carta de “El Chapo”

Es en este contexto de privación que “El Chapo” pasa su tiempo escribiendo cartas con un bolígrafo de goma, diseñado para no ser un arma. Su reciente misiva al juez Brian Cogan es producto de la frustración por el bloqueo a su nuevo abogado, José Israel Encinosa, a quien considera “vital” para su defensa.

Un pasillo de las celdas insonorizadas de ADX Florence, cárcel de El Chapo Guzmán; pasa 23 horas al día aquí
Un pasillo de las celdas insonorizadas de ADX Florence, cárcel de El Chapo Guzmán; pasa 23 horas al día aquí | Foto: Getty Images

A pesar de que el juez autorizó el contacto, Guzmán alega que, tras diez meses de intentos, el abogado no ha podido visitarlo ni llamarlo, y que dos de sus cartas nunca le fueron entregadas. Esta barrera se extiende a su familia; ni su esposa Emma Coronel ni sus hijas tienen permitido visitarlo.

El propio Guzmán ha denunciado el deterioro de su salud física y mental, mencionando en una declaración de 2021 sufrir “cefaleas, falta de memoria, espasmos musculares, estrés y depresión” debido a la falta de luz solar y contacto humano.

Su testimonio coincide con el de exdirectores de ADX Florence, quienes han descrito el régimen como “mucho peor que la muerte”. Organizaciones como Amnistía Internacional han calificado estas condiciones como “crueles, inhumanas y degradantes”, argumentando que el aislamiento total está diseñado para erosionar la cordura.