Dos hombres fueron encontrados asesinados sobre el puente del Piggy Back, al sur de Culiacán, Sinaloa, y uno de ellos fue identificado como Abraham Mejía Carrasco, de 49 años, quien había sido privado de la libertad junto a su hijo, Abraham Mejía Ríos, de 18 años, el pasado 5 de noviembre en el Campo El Diez.
El hallazgo fue confirmado por investigadores estatales, quienes informaron que los cuerpos fueron localizados con signos de violencia. Hasta el momento, las autoridades no han dado información sobre el paradero del joven Abraham, cuyo rastro se perdió el mismo día que su padre fue secuestrado.
Apenas unos días antes, el 8 de noviembre, familiares y amigos se manifestaron frente al Palacio de Gobierno de Sinaloa para exigir su pronta localización. Cansados de la falta de avances, marcharon por las calles con carteles y fotografías, pidiendo justicia y respuestas que nunca llegaron.
La familia de Abraham Mejía exigió justicia antes de conocer la tragedia
Desde la desaparición de ambos, la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas en Sinaloa publicó las fichas de búsqueda en redes sociales, pidiendo apoyo ciudadano. Sin embargo, los familiares denunciaron falta de información y lentitud en las investigaciones, lo que los llevó a organizar la manifestación.
Abraham Mejía Carrasco y su hijo fueron vistos por última vez alrededor de las 18:00 horas del 5 de noviembre cuando salieron de su domicilio rumbo a la zona rural de Campo El Diez, pero nunca regresaron.
La noticia del hallazgo sin vida de Abraham padre ha devastado a la comunidad. Su familia y allegados mantienen la esperanza de encontrar con vida a Abraham hijo, mientras exigen que las autoridades actúen con firmeza para esclarecer el crimen y castigar a los responsables.
Culiacán, epicentro de la desaparición en Sinaloa
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, Culiacán es el municipio con más personas desaparecidas en Sinaloa, con 2,037 casos activos, seguido por Mazatlán y Ahome. De ese total, 350 son menores de edad, y 2024 cerró como el año con más reportes de desaparición, con 747 personas aún sin localizar.
Estas cifras confirman la crisis de violencia e impunidad que atraviesa el estado, donde las desapariciones se han convertido en una herida abierta que no deja de crecer.