A 30 días de que el desbordamiento del río Cazones sumergiera a Poza Rica, Veracruz, en la que muchos consideran la peor inundación de su historia, el panorama en diversas colonias es desolador, marcado por el abandono y la desesperanza.

En un recorrido realizado por Fuerza Informativa Azteca (FIA) por la colonia Granjas y otras áreas damnificadas, la realidad es cruda: las calles permanecen "tal como lo dejó esta desgracia".

En el recorrido, FIA constató que la zona está paralizada; las calles llenas de lodo, un olor fétido y en total desamparo aquí la situación es delicada para estas personas.

El lodo, que se secó en las vialidades, no solo obstruye el paso y dificulta las labores de limpieza, sino que también genera un fuerte olor fétido, lo que agrava las condiciones sanitarias en la zona. Además, se reporta que el sistema de drenaje en el área ha colapsado, aumentando el riesgo de enfermedades.

Ausencia de autoridades

El sentimiento de la población se centra en la impotencia y la revictimización. Los habitantes de Poza Rica, especialmente en zonas como Granjas, recuerdan con dolor la inundación de 1999, un evento del que apenas lograban recuperarse financieramente y emocionalmente.

"Hay que recordar que tuvieron una inundación en el 99, ya se habían recuperado, y qué pasó, pues obviamente es como si te pusieran el pie en la cabeza, nos volvieron a hundir", recuerdan los pobladores.

La tragedia se repite sin el apoyo esperado

La crítica principal es la falta de presencia institucional un mes después de la catástrofe.

Los damnificados señalan que no hay cuadrillas de trabajadores de limpieza o personal de Protección Civil retirando el lodo, dejando la ardua tarea de rehabilitación únicamente en manos de los propios afectados.

La denuncia es clara y urgente: la ayuda prometida "no llega a Poza Rica", y la población se encuentra lidiando en soledad con una situación "complicadísima" tras ser "abandonados" por las autoridades.

Veracruz vive en crisis

Recordemos que la crisis más reciente y severa se registró en octubre de 2025, cuando intensas lluvias provocaron el desbordamiento de varios ríos, causando una catástrofe humanitaria y material, especialmente en la zona norte del estado.

En esta tragedia se registraron al menos 29 personas muertas, cientos de desaparecidos y miles de damnificados.

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