“Un neurótico construye castillos en el aire, un psicótico los habita y el psicoanalista les cobra alquiler a los dos”.
- Chiste popular
Vamos al grano: ¡Ya me estoy cansando de los moditos de Donald Trump! Porque este señor, en menos de 100 días, ha causado un reverendo desmadre a nivel mundial. El daño hasta el momento es incalculable… pero agárrense, porque todavía nos faltan más de mil 350 días de este congal.
Seamos serios: lo visto en los últimos días es realmente el colmo. Ya no estamos hablando de ocurrencias discursivas o de errores ridículos (como agregar a un periodista a un grupo de Signal donde se discuten planes de guerra). No, no y no… lo que estamos presenciando con el tema de los aranceles es la imagen perfecta de un gobierno incompetente, inepto e ignorante. Es el gobierno de un rey loco, rodeado de lambiscones y sicofantes que aplauden cada ocurrencia y cada delirio del monarca enfermo. Es lo que ocurre cuando un gobierno opera a través del caos y el desorden.
El presidente Trump volvió a pedir a Jerome Powell que reduzca las tasas de interés después de amenazar con destituir al presidente de la Reserva Federal la semana pasada."
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) April 21, 2025
Puede haber una desaceleración de la economía a menos que el Sr. Demasiado Tarde, un gran perdedor, baje… pic.twitter.com/BiruhwCV5g
Aquí en México vivimos algo similar el sexenio pasado, donde un presidente mesiánico construyó castillos en las nubes y peor aún… ¡Después decidió habitarlos! Y en el proceso quiso que todo un país se convenciera de la magnífica edificación de estas propiedades imaginarias. Pero el caso de Trump es aún más preocupante. Porque una cosa es destruir a un país mediano como México, y otra muy distinta es tener a un rey delirante al frente del país más poderoso del mundo. Las consecuencias son evidentes: cada una de sus acciones ha causado enormes disrupciones, ya sea en los círculos diplomáticos, en las cadenas comerciales mundiales o en la pérdida de valor empresarial, calculada hasta ahora en billones de dólares.
Estados Unidos ha prosperado de manera exponencial frente a otros países
Lo peor de todo es que nada de esto era necesario. Porque por más que el rey loco nos pinte panoramas oscuros y alucinantes a diario, la realidad es que durante las últimas tres décadas Estados Unidos ha logrado prosperar de una manera incomparable con otros países del mundo.
Como explica Fareed Zakaria en The Washington Post, basta ver que en 2008, la economía de EE. UU. era casi del mismo tamaño que la de la eurozona; ahora, es casi el doble. En 1990, el salario promedio de un gringo era aproximadamente un 20% superior al promedio de otros países industrializados; hoy es un 40% superior. En 1995, un japonés era un 50% más rico que un estadounidense en términos de PIB per cápita; hoy, un gringo es 150% más rico que un japonés. Incluso si comparamos al estado más pobre de la Unión Americana (Misisipi), veremos que tiene un PIB per cápita más alto que el de Gran Bretaña, Francia o Japón.
El problema es que al desmantelar el orden liberal mundial que EE. UU. construyó y protegió durante 80 años, el rey loco está destruyendo la arquitectura que permitió generar estos niveles de prosperidad en su propio país y en muchas otras latitudes del mundo. Una arquitectura que —como les he comentado anteriormente— permitió la mayor creación de riqueza, la mayor disminución de la pobreza, la mayor prosperidad material y el menor número de conflictos en la historia de la humanidad.
Yo sigo sin entender cuál es el juego que Trump persigue; y tomando en cuenta los cambios bruscos que suceden en su administración, también creo imposible hacer cualquier tipo de predicción sobre el rumbo que tomará su gobierno o cuál es el destino final. Lo que sí es seguro es que estamos viendo a EE. UU. entrar en una era autocrática, donde —como apuntó Francis Fukuyama en una reciente entrevista— todo cambio en el gobierno ya no pasa por el Congreso sino a través de “una petición al rey”, y en donde “ya estamos en una fase autoritaria, aunque sea a nivel institucional”.
Al final es muy importante recordar una cosa: la próxima vez que alguien les diga que “todos los políticos son iguales”, hagan favor de recordarle que esto es simplemente falso. ¡Siempre hay algunos peores que otros! Y hoy el mundo occidental está siendo liderado por uno de los peores en la historia.
Faltan todavía más de mil 350 días de esta presidencia. Por ahora, mis queridos gringos: ¡Disfruten lo votado, motherfuckers!