El desabasto de medicamentos en México continúa siendo uno de los problemas más graves del sistema de salud en 2025. A pesar de múltiples promesas y de un presupuesto creciente para la compra de fármacos, la realidad en clínicas y hospitales refleja otra historia: recetas sin surtir, familias sin tratamientos y un sistema de adquisiciones lleno de fallas.

Promesas incumplidas y compras fallidas de medicamentos

Desde 2019, distintos modelos de adquisición de medicinas han intentado resolver el problema sin éxito. Primero se trasladó la responsabilidad del IMSS a la Secretaría de Hacienda, después se firmó un convenio con la ONU para conseguir fármacos, más tarde el proceso recayó en el extinto INSABI y finalmente en Birmex, empresa del gobierno envuelta en irregularidades.

“Se debe a fallas en la administración, por ejemplo, en la reagendación de las adjudicaciones.”, explicó Alma Cossette Guadarrama, investigadora de La Salle, al referirse a las deficiencias estructurales en la planeación.

El caso de Birmex ha sido especialmente polémico. Según Janet Oropeza, investigadora en el área de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de FUNDAR: “Birmex compró medicamentos que no correspondían con las dosis o los gramajes que estaban en el compendio nacional de insumos”.

Entregas mínimas y falta de control alimentan el desabasto de medicamentos

De acuerdo con la plataforma oficial “Entrega de Medicamentos”, solo se ha distribuido un porcentaje mínimo de las piezas requeridas por las unidades médicas.

“La verdad es que las recetas no se les están surtiendo a los padres de familia”, denunció Omar Hernández, presidente de la Fundación Infancia Saludable México A.C.

El problema no se limita a la falta de medicinas principales. Georgina Romero, de la organización El Avión de los Sueños A.C., señaló: “Además de los medicamentos no pueden llegar los papás sino tienen solución salina, agujas”.

Otro aspecto preocupante es que no se sabe con certeza el destino de muchos de los fármacos que supuestamente ya fueron distribuidos.

Más presupuesto, misma crisis por falta de medicinas

Las cifras revelan una paradoja. “Entre 2023 y 2024, subió el presupuesto para compra de medicamentos, 2023 eran 108,000 millones de pesos. Para 2024, fueron 122,000 millones de pesos, entonces tenemos más dinero para medicamentos, pero las cifras de desabasto no bajan.”, explicó nuevamente la investigadora Alma Cossette Guadarrama.

Esto muestra que, aunque los recursos aumentan, la falta de transparencia, los errores de planeación y las compras mal ejecutadas impiden que los medicamentos lleguen a los pacientes.

¿El desabasto podrá revertirse en 2025?

El desabasto de medicamentos genera rezagos en tratamientos, afecta la calidad de vida de miles de pacientes y desgasta a las familias que deben conseguir fármacos por su cuenta, muchas veces a precios elevados.

“También puede generar, evidentemente, problemas en el rezago”, advirtió Guadarrama al señalar el impacto que tendrá a mediano plazo.

Mientras no se corrijan las fallas de gestión y se garantice que el presupuesto se traduzca en entregas reales, la historia seguirá repitiéndose: promesas de abasto y hospitales vacíos de medicinas.