El robo de combustible volvió a quedar en evidencia en el sur de Veracruz, luego de que fuerzas federales aseguraron hasta 260 mil litros de hidrocarburo, así como varios vehículos de carga y cinco inmuebles presuntamente utilizados para actividades ilícitas en el municipio de Minatitlán.
Decomisan petróleo, turbosina y diésel en Veracruz
Según el informe de las autoridades, en los inmuebles asegurados se localizaron 134 mil litros de petróleo crudo, 67 mil litros de turbosina y 63 mil litros de diésel.
Además, se confiscaron 12 tractocamiones, 13 semirremolques y 7 tanques estacionarios, todos utilizados probablemente para el transporte y almacenamiento ilegal del combustible.
Uno de los inmuebles asegurados se encuentra prácticamente al lado de otros tres y están sobre la prolongación Reyes Azteca, en el ejido Tacoteno, a apenas 4.4 kilómetros de la refinería Minatitlán.
Decomisan más de 260 mil litros de combustible robado en Minatitlán, Veracruz
Poca vigilancia en Veracruz: roban tan cerca de la refinería
A pesar del operativo, no todos los inmuebles cuentan con sellos de aseguramiento, y la zona donde se encuentran la mayoría está resguardada únicamente por una patrulla de la policía municipal.
Esto evidencia que, aunque se realizan decomisos importantes, la vigilancia en la región sigue siendo insuficiente para frenar la actividad ilícita.
Las autoridades federales informaron que todo lo asegurado quedó a disposición de los órganos competentes para continuar con las investigaciones.
Sin embargo, no hubo reportes de detenidos, ni se precisó si este operativo está vinculado con la mini refinería clandestina descubierta en junio pasado en el municipio de Moloacán, otro punto crítico en la lucha contra el huachicol en Veracruz.
Veracruz, un campo fértil para el robo de combustible
Veracruz se mantiene como uno de los estados con mayor incidencia en el robo de hidrocarburo a nivel nacional.
Los decomisos recientes reflejan no solo la magnitud del problema, sino también la complejidad de las operaciones ilícitas, que involucran desde transporte con tractocamiones hasta almacenamiento en inmuebles estratégicamente ubicados.
Mientras las autoridades federales continúan con los operativos, la región enfrenta un desafío constante, ante un delito que, en el sexenio pasado se dijo que ya no existía.